A TODO EL QUE LE GUSTE LO QUE LEYERE, QUE LO DIVULGARA A TRAVÉS DE CUALQUIER MEDIO DISPONIBLE YO LE PIDIERE. ¡DIFUSIÓN ES PODER!
Comencemos hoy con una imagen. El artículo gravitará en torno de ella. Es la siguiente:
Efectivamente, es un ser humano, y
concretamente uno vivo. Sin duda, sus padres pueden tener mucho que
perder en caso de dejarlo nacer. En determinadas circunstancias, se hace
evidente que además puede darse un rechazo más que comprensible a
la posibilidad de traer al mundo a un no nacido. ¿Quién en su sano
juicio podría poner eso en duda? Habría que ser majadero para negar lo
que salta a la vista.
Sin embargo, todo lo antedicho no quita
para que, hoy quizá más que nunca, reafirme mi inquebrantable opción
moral a favor de la defensa jurídica de la vida de los no nacidos, a
través de la prohibición del aborto (en todos los casos) y de su
persecución penal como crimen de homicidio (excluída solo en caso de
violación o de aborto destinado a salvar la vida de la madre). Y mi
razón para pensar así es bastante buena. Primero, que yo no sé lo que
haría (para qué voy a engañar a nadie, no me he enfrentado al caso).
Pero sé lo que debería hacer, y esto es más que suficiente para actuar.
Total, el argumento de "¿y tú que harías si te pasase a tí? ¡Seguro que
abortarías!" es una solemne bobada. Por ejemplo: si yo estuviera casado y
entrase en mi casa para ver mi lecho profanado por el adulterio de mi
mujer con otro hombre, quizá perdería la pinza y haría alguna
desfachatez. No obstante, a ningún ser humano sensato se le ocurriría
despenalizar los crímenes pasionales en base a un argumento tan endeble.
Igual debería pasar con el aborto.
Segundo, que me entristece
observar cómo los que constántemente justifican poner fin a la vida de
los seres humanos mientras aún están dentro del vientre de sus madres
alegando los perjuicios que dejarlo nacer causaría a otros no suelen
nunca pensar por un momento en los perjuicios que se le causan al que
por culpa del aborto no nacerá. Siendo cierto que los padres pueden
tener mucho que perder, más pierde el nasciturus abortado. Pues a éste
se le quita absolutamente todo. No solo lo que ya es, sino además todo
lo que podría llegar a ser si se lo dejase vivir. Es verdad que dentro
de ese último apartado probablemente habrá cosas malas. Difícilmente una
vida humana puede quedar libre de la contrariedad. Ahora bien, siendo
cierto que se le garantiza al no nacido abortado que jamás se enganchará
a la droga ni sufrirá desengaños amorosos ni fracasos profesionales, lo
cierto es que igual que se le evita lo malo se le arrebata
ilegítimamente lo bueno. Y lo mejor, que muchas veces es la superación
de la adversidad.
La defensa del aborto constituye siempre un
despropósito, se mire como se mire. ¡Dios nos ayude a superar esta
terrible etapa de confusión! Al final, la Vida humana habrá de
prevalecer de nuevo, y con ella los otros muchos derechos de los que
ésta es soporte. IHS
No hay comentarios:
Publicar un comentario