martes, 27 de mayo de 2014

¿PODEMOS PROTEGER LA VIDA? ¡ANDA YA!

“La Sanidad, la educación y la atención a los dependientes y la protección de la vida en el planeta deben ser sacrificados en el altar de los mercados.”
 

Eso dice María Teresa Rodríguez-Rubio, profesora de educación secundaria de Rota (provincia de Cádiz) elegida el pasado domingo como eurodiputada por la lista de PODEMOS, la formación política de corte ideológico BOL(UDO)chevique que tanto éxito cosechó en las elecciones europeas del día 25. Huelga añadir que me alegra muchísimo que tamaño elemento no haya puesto sus sucias zarpas antieducativas encima mía en los tiempos no tan lejanos en los que yo cursaba la ESO.

¡Cuánta demagogia barata indigna de un parvulario que me he debido de ahorrar...! Estos individuos olvidan que si los mercados andan dando tanto el coñazo con las cuestiones de los recortes eso se debe en una muy buena parte a que comercian con una China que gobiernan sus parientes ideológicos. A los que no les cae encima una sola condena en el programa de la formación política por la que salió elegida esa gaditana de la que me temo que demasiados habitantes de su provincia estarán hasta orgullosos (y quien lo dude, que lea esto: http://www.podemos.info/sites/default/files/Programa%20Podemos%20def%202.pdf).

No les cae ninguna condena inapelable del nuevo juez supremo de la moralidad pública vitoreado por el frentepopulismo español. Condena que sin embargo sí que cae sobre Israel, precisamente porque comete incontables "violaciones de los derechos humanos" (que parece ser que los palestinos que se volaban en autobuses llenos de mujeres y niños durante la Segunda Intifada no cometían). Pese a que llevan más de sesenta años administrando su enorme nación como un enorme campamento de esclavos demasiado bien organizado -según parece- como para que nuestros empresarios patrios puedan soñar ni por un segundo en competir con quienes lo explotan dando al mismo tiempo un trato adecuado a sus propios trabajadores.

Lo que parece no importarle a nuestro MiniHugo (que, pese a su rápido crecimiento, todavía no se ha ganado el derecho a que se lo compare con el, pese a sus tropelías constantes, gran Chávez venezolano). Que no solicita que se le impongan sanciones a China ni que se interrumpa el tráfico comercial con ella. Aunque luego marca distancias con China afirmando que lo que allí se practica es capitalismo en plan ultra (lo que debería anirmarle a solicitar sanciones contra la misma, dado que, aceptando lo que dice, serían sanciones impuestas a un cruel Estado capitalista que se las habría ganado a pulso). Vamos, que intenta arrojar el balón de una patada al otro campo, y desentenderse. ¡Hijo de su madre!

En fin, dejemos de lado ese asunto y vayamos al lío. Escribo este artículo porque no puede dejar de suscitarme extrañeza la mención que la flamante europarlamentaria BOL(UDO)chevique hace a la atención a los dependientes y a la protección de la vida en el planeta. Aunque solo sea porque pertenece a una formación política a la que es un hecho que le importa un huevo la protección de la vida de los seres humanos por nacer y de los que están muy enfermos o muy mayores, esto es, de los más dependientes de todos (a los que me temo que bajo sus leyes sería posible ordenar eutanasiarlos simplemente para que sus familias o los poderes públicos se quitaran de problemas). A todos los citados es un hecho que no vacilarían en sacrificarlos, llegado el momento. En parte ya lo hacen, aunque esto es culpa de otros más que de ellos. Al fin y al cabo, no hay prácticamente cosa mala ninguna en este mundo que nos pueda traer el club de amigotes y compañeros de actividades recreativas de Pablo Iglesias Turrión de Suchard en la que no se le hayan adelantado -a veces solo hasta cierto punto, pero a veces prácticamente por completo- el PPSOE que nos gobierna.

Dejando de lado a nasciturus, ancianos y enfermos, es un hecho que tampoco parece que les importe nada a los de PODEMOS la vida de las personas que han muerto en el pasado a manos de sus hermanos ideológicos marxistas por medio planeta; ni la de los que aún hoy mueren en Corea del Norte por no llorar lo suficiente al Querido Líder; ni la de los cubanos que mueren en un mar plagado de tiburones intentando alcanzar la costa del "infierno" estadounidense; ni la de los venezolanos que mueren a causa de una violencia política de la que puedo aceptar que me digan que el Gobierno no es único culpable, pero de la que cierta culpa como mínimo tiene Maduro (cuyos animalitos no parecen haberle susurrado todavía al oído una solución a la cuestión); ni la de los colombianos asesinados por no querer servir al puerco interés de la narcoguerrilla de las FARC; ni la de mil españoles asesinados por ETA y a los que el filoterrorista Pablo Iglesias escupe en la cara cuando se dedica a hacer como lo hace un nauseabundo 69 político con sus amigos de Bildu.

Y la despreocupación de PODEMOS -compartida con casi todas las demás formaciones políticas- por la protección de la vida de muchos seres humanos que, por la razón que sea, a ese partido le parecen indignos de que sacrosanto derecho a ser y existir sea tomado en consideración no la cambia ni deja de ser condenable en un sentido ético simplemente porque para las matanzas que protagoniza o para las que aplaude no se utilice el altar de los mercados. Punto este en particular que a mí tampoco me queda nada claro. No me sorprendería que, pese al estatismo radical y al totalitarismo libertoclasta del que hace gala PODEMOS (que, con carácter general, podemos imaginar lo extremadamente lesivo que resultaría para los negocios), una España gobernada por la misma siguiera permitiendo que las clínicas abortistas hicieran su agosto los doce meses del año a costa de la sangre de los más inocentes e indefensos de todos nuestros congéneres. Y es un hecho que sus amigos de las FARC comercializan la droga a lo grande, lo que les proporciona pingües beneficios.

No puedo evitar que mi pensamiento se detenga especialmente en esos congéneres nuestros que, pese al abandono total al que se los somete, son los nasciturus. Que me imagino que, si pudieran hablar, preguntarían: "¿PODEMOS beneficiarnos de vuestra misericordia? ¡Os lo suplicamos! ¡Proteged nuestra vida al menos lo mismo que la de un animalito del que nadie salvo vosotros ha oído hablar!" Consuelo para mí es el de estar seguro de que, si bien los hombres de corazón endurecido que se han enseñoreado de nuestras sociedades difícilmente los tendrán en cuenta, Dios nuestro Padre atenderá debidamente a sus necesidades y a las circunstancias que impiden a tantos millones nacer. Y que tendrá reservado un destino útil, justo y feliz a estas inocentes víctimas de la maldad humana y de la acción directa del Maligno en el mundo (que es padre y autor último de los males que nos flagelaron en el pasado -como el de la esclavitud- tanto como de los que llenan de horror el tiempo presente -como este que cito del aborto y la guerra en general a la unión entre hombre y mujer y a los frutos resultantes de la misma-). Desde el cual no me sorprendería que a veces contribuyan a la conversión y al necesario arrepentimiento de las personas -especialmente de los padres- por cuya voluntad fueron descartados y seleccionados para que se les quitara la vida en esos modernos montes Taigeto que son nuestras clínicas abortistas. IHS

PD: espero que los lectores entiendan el conato de juego de palabras en que consiste el título. No expresa duda en torno a las posibilidades de proteger la vida, sino que manifiesta nula esperanza en que sea PODEMOS quien haga semejante cosa.

PABLO IGLESIAS, EL DERECHO A PORTAR ARMAS Y OTRAS BOL(UDO)CHEVICADAS

[Antes de leer este artículo, échenle un vistazo a este vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=3QAekd5A1iI]

"El derecho a portar armas es una de las bases de la democracia." (Pablo Iglesias dixit)


Pues no porque salga de los labios de Pablo Iglesias Turrión de Suchard (como podéis ver y oir por vosotros mismos acudiendo a este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=3RkLe1Z7hp4) estoy menos de acuerdo con esta frase. En ese sentido, si fuera diputado en nuestras Cortes no tendría problema ninguno en votar a favor de dicho derecho en compañía de los diputados de PODEMOS.

Y es que, efectivamente, cuando la autoridad pública ejerce el monopolio total de la violencia armada, poco puede hacerse para evitar que si se quiere desmandar, se desmande. Aunque claro, llegado el caso, no estoy nada seguro de que totalitarios como Pablo Iglesias -siendo como son amigos de Nicolás Maduro, los hermanos Castro y Corea del Norte- no se olvidaran de las cosas que dijeron y prometieron a las primeras de cambio, y decidieran acto seguido imponer su totalitarismo armando solo a los suyos y negando armas a aquellos a los que sin duda alguna oprimirían haciendo uso de las suyas. Para luego, una vez terminaran, restablecer el monopolio total del Estado sobre la violencia. Aunque claro, ya no se trataría del maligno Estado liberal clásico que permite elecciones libres, sino de la benévola dictadura del proletariado en la que las elecciones consisten en votar la única lista del Partido Redentor del Pueblo de turno (se llame Partido Comunista de la Unión Soviética, Partido Socialista Unificado de Venezuela, Frente Popular o PODEMOS), arriesgando gravemente la vida propia en el caso de atreverse a no votar por ella.

En el enlace que os paso, nuestro pequeño aspirante a Chávez español aprovecha para hacer apología poco más o menos que del terrorismo de los Panteras Negras. Que no por responder al terrorismo de los Estados segregacionistas del entonces Sólido Sur demócrata de los EEUU se hace legítimo, y menos aún cuando en su época de mayor actividad hombres como Martin Luther King habían conseguido restablecer los derechos políticos esenciales de los negros estadounidenses sin disparar ni un solo tiro. Dice, por cierto, que las autoridades yankis blancas y anglosajonas solo los hundieron suministrándoles droga a mares. ¡No sé yo, no sé yo...! Sus amigos colombianos de las FARC no parecen necesitar que les suministre toneladas de drogas a ellos ni al resto del continente americano nadie que no sean ellos mismos.

Os comento esto para que os hagáis una idea de en qué sarta de majaderías consiste el pseudopensamiento BOL(UDO)chevique que se gasta este señor y que un grupo de un millón y cuarto o cosa así compuesto por una mezcla entre totalitarios libertoclastas y analfabetos políticos totales (grupo el citado dentro del cual muchos son las dos cosas a la vez) han votado en las últimas elecciones europeas. Si, las mismas que han convertido a Pablo Iglesias Turrión de Suchard en europarlamentario junto con otros cuatro compañeros suyos de parranda. Las mismas que han demostrado por su resultado lo poquísimo que vale la sociedad de nuestro país. Que a quien más ha premiado ha sido a un demagogo filoetarra que no vacilaría en permitir la independencia de Cataluña y de las Vascongadas ni en -pese a que dice querer defender a los más humildes- dinamitar la labor social de la institución que más hace por los desfavorecidos en España y en toda la Tierra: la Iglesia de Jesucristo. IHS

lunes, 26 de mayo de 2014

LECCIONES DE LAS ELECCIONES EUROPEAS

Mucho me temo que en éstas elecciones ha habido más católicos que hayan votado por PODEMOS que católicos que hayan votado por las que eran las únicas alternativas plenamente compatibles con la defensa de los principios innegociables de la Iglesia Católica (SAIn, Impulso Social -por la que yo voté- y Falange Española). La verdad es que eso sería ya el colmo del ridículo. Huelga decir que el resultado de IS es extremadamente decepcionante. Hasta FE la ha superado en número de votos. Aunque tampoco es que eso sea como para andar lamentándose mucho. Total, qué más da el orden en el podio de la insignificancia. Las opciones compatibles con la doctrina católica siguen ocupando un lugar marginal en la vida política española.

Los resultados electorales en general son un desastre sin paliativos. Casi lo único bueno que ha traído la jornada es el probable fin de la carrera política de uno de los políticos españoles que más detesto: Alejo Vidal Quadras. Que se ha quedado por muy poco sin el escaño parlamentario para VOX. Sin embargo, incluso esto no es cosa que me agrade. Prefería que entrase VOX a que quedase fuera Vidal Quadras. Aunque no voté por VOX, mentiría si no reconociese que habría preferido un buen resultado de ésta a un buen resultado de PODEMOS o de Equo -e incluso a un buen resultado de UPyD o C's-. Esto es tanto más cierto en la medida en que el resultado que ha cosechado Impulso Social es extremadamente malo. Si Impulso Social hubiera obtenido un resultado digno de mención, eso sería otra cosa. Tendría sentido hacer conjeturas achacando la no obtención del eurodiputado por parte de VOX a su posicionamiento insuficientemente rotundo en temas clave para el electorado católico consecuente tales como el la defensa de la vida (y la correlativa persecución criminal del homicidio abortista) o el sucedáneo de matrimonio "homosexual".

No ha sido el caso. El resultado de las formaciones provida ha sido tan poca cosa que es difícil pretender que VOX ha cosechado su relativo fracaso por desatender a un importante sector del electorado más concienzudamente católico de lo que lo es VOX (que, por de pronto, ni siquiera es un partido explícitamente inspirado en principios religiosos católicos, aunque dé cobijo a muchos católicos sinceros en su interior-). No dudo de que muchos que votaron por micropartidos tales como el PFyV o por AES en las anteriores elecciones ahora han votado por Vox. Así que si Vox se ha quedado sin representación eso no se debe a que no ha sabido atraer el voto de valores católicos más radical. Se debe simplemente a que ese voto representa a una parte muy pequeña de la sociedad española.


A eso o a que tanto los votantes sinceramente adscritos a valores católicos como los votantes patriotas partidarios de poner coto al despiporre territorial en que está instalado nuestro país siguen mayormente preso del PP. No sería imposible que así fuese. La Conferencia Episcopal Española lleva mucho tiempo haciéndole campaña al partido en el Gobierno pese a que éste no solo no saca adelante políticas acordes al Evangelio, sino que colabora de manera cada vez más entusiasta con el ruinoso sendero de apostasía creciente por el que nuestra sociedad transita en dirección hacia la muerte física y espiritual.

El panorama político de nuestro país es el peor jamás visto desde los días de la II República. No es inexacto definirlo como frentepopulista. No se ha volcado nunca antes de esta manera en unas elecciones España con las formaciones políticas marxistas o herederas del marxismo. La hegemonía estatista es total en lo económico, como lo es la de las corrientes favorables a la apostasía en el terreno de lo moral. El remedo de pensamiento totalitario y liberticida que patrocinan las formaciones que han cosechado mayores éxitos en estas elecciones europeas es verdaderamente fuerte en este país. Y Pablo Iglesias Turrión ha sabido aprovecharse de ello como nadie. Como un buen sofista del siglo XXI que sabe decirle al pueblo exactamente lo que la fracción del mismo que le interesa quiere oir. Que es exactamente lo que creo que es. Me parece una persona demasiado inteligente como para creer honestamente en el atajo de monsergas en las que se desglosa su programa electoral.

Talento y dinamismo no se le pueden negar. En apenas unos meses ha amasado un 8% de los votos. Ha convertido a una nueva formación política en el cuarto partido más votado de España. Creo que vale la pena reseñar que en estas elecciones UPyD ha obtenido el mejor resultado electoral de toda su Historia, que se remonta a 2008. En seis años ha alcanzado un 6'5% de los votos. Pues bien, Pablo Iglesias no ha necesitado más que unas semanas y una única convocatoria electoral para obtener un porcentaje de voto que supera todo lo obtenido por UPyD en estos años (aunque también es verdad que si eso ha ocurrido es en parte porque UPyD y C's han concurrido separados; lo que ha sucedido a causa del egocentrismo de Rosa Díez -que no quería ni oir hablar de una unificación de los partidos bajo el mando de Albert Rivera, lo que demuestra que si bien ha sido la principal causa del crecimiento de UPyD, también explica su imposibilidad de ir más allá en su crecimiento de lo que ya ha ido-).


Y creo firmemente que ese incuestionable y enorme logro político se debe en gran medida al atractivo personal que posee el joven líder de PODEMOS, especialmente para las generaciones más jóvenes, que me imagino que serán las que con más fuerza se han decantado por él. Lo que tiene su buena razón de ser, dado que se trata de las generaciones crecidas al calor de la LOGSE y del desastre educativo en que se ha convertido la enseñanza tanto preuniversitaria como universitaria en España; compuestas en gran medida por jóvenes a los que les da pereza terminar de leer un libro, que leen libros como los que conforman la trilogía Crepúsculo y que apenas si saben leer, comprender lo que leen y escribir (carencia grave que convierte a demasiados, a efectos prácticos, en analfabetos funcionales).

Pablo Iglesias se ha comido a media IU, y a poco que le dejen me parece harto probable que se convierta en el líder indiscutido de una especie de movimiento chavista rosita-arcoiris a la española. Al fin y al cabo, medios como Periodista Digital afirman que lo financia Maduro, el actual presidente de Venezuela (si, ese que tiene probada facilidad para comunicarse con los pajaritos). El hecho de que la suma IU-PODEMOS haya obtenido unos resultados tan superiores a los de la suma UPyD-C's-VOX es como para reflexionar muy en serio acerca de qué es lo que ha fallado en la estrategia electoral de las formaciones que se supone que aspiran a la regeneración del sistema más que a una ruptura revolucionaria con el mismo. Algo no ha ido bien en el momento en el que el deseable hundimiento de los buques insignia de la repugnante partitocracia corrupta que gobierna España apenas es aprovechado por formaciones políticas "respetables". Me parece evidente que UPyD, C's y VOX -especialmente VOX- han desaprovechado la oportunidad de expandirse canalizando en su favor las ansias de cambio ordenado existentes en muchos centenares de miles de españoles.

Y es que es muy fácil olvidar que la principal vencedora de las presentes elecciones europeas ha sido la abstención. Que ha sido un poco menos elevada que en la última convocatoria, pero que ha abarcado a más de la mitad del electorado (razón por la cual en cualquier país democrático sensato se debería proceder a la invalidación de las elecciones y a la prórroga de los anteriores resultados, aunque solo sea para incentivar al pueblo a no incurrir en la dejación de funciones de la que la mayoría ha sido culpable en esta elección). Abstención que en parte ha venido motivada por el hartazgo con nuestra casta política, pero que en parte se debe a la intrascendencia de la convocatoria electoral de hoy. Dicho de otro modo, que en unas generales la participación habría sido mucho mayor, y que no es juicioso dar por hecho que los resultados de hoy serían los mismos que los que se darían en unas elecciones generales. Si bien tampoco sería responsable estar seguro de lo contrario.

Es bastante probable que los partidarios de formaciones como PODEMOS se hayan movilizado más que los de otras agrupaciones políticas en esta elección. Si así fuera, probablemente en unas generales muchos votantes potenciales de PP, PSOE, IU, UPyD, C's o incluso de VOX que hoy se han quedado en casa participarían, lo que aumentaría el peso de esos partidos y reduciría correlativamente el de PODEMOS, Equo y otras de esas formaciones. Y serviría para desmentir que España sea tan radicalmente pseudobolivariana como podrían hacernoslo creer los resultados electorales de hoy (y ojalá ese sea el caso).

Asimismo, es muy fácil concluir precipitadamente que VOX ha fracasado por no obtener representación en el Parlamento Europeo. Mas, dejando de lado que a mí me parece bueno para el futuro de VOX que Vidal Quadras pinte lo menos posible dentro del partido, no puede dejar de tenerse en cuenta que si perseveran es harto probable que obtengan su premio. En la provincia de Madrid la nueva formación política de corte liberal-conservador moderado y partidaria del unitarismo ha obtenido alrededor del 3'5% de los votos. Si las elecciones fueran generales, ese porcentaje de votos en la provincia de Madrid bastaría a VOX para enviar a un diputado de ese partido al Congreso de los Diputados.

De manera que el resultado cosechado por VOX no está tan mal. Si el sistema de reparto de los escaños fuera proporcional puro, habrían sacado el eurodiputado. El riesgo es que el electorado se les enfríe en el tiempo que resta hasta la celebración de las generales, o que dejen de estar de actualidad. Pero yo creo que si mantienen su presencia mediática en Intereconomía y en Libertad Digital, si incorporan a sus filas a pequeños grupúsculos como los que integran Impulso Social, si la Conferencia Episcopal echa un cable y deja de apoyar descaradamente al PP desde medios de su propiedad tales como la COPE o 13TV, y si VOX presenta candidatos un poco más estimulantes que Alejo Vidal Quadras (que era una de las principales razones por las que no he votado a VOX) es bastante factible que dentro de un año y medio VOX consiga un diputado nacional. Lo que no sirve para cambiar el mundo, ni tampoco España, pero compensaría con creces la decepción de hoy, y dotaría al partido de Camuñas, Abascal, Ortega Lara y Quirós de la visibilidad política de la que seguirá sin gozar después de estas europeas. Y, ¡qué leches! Sería un comienzo.

La lección que considero que corresponde sacar de estas elecciones europeas es la de que la radicalidad si vende. En ese sentido, se da la paradoja de que PODEMOS es todo un ejemplo para quienes defendemos la preservación de muchas de aquellas cosas que la gente como Pablo Iglesias (que tan bien ha sabido venderse como un tierno y dulce Turrión de Jijona, cuando lo cierto es que es un duro Turrión de Alicante al que más vale que España le meta un mordisco no sea que se le salten todos los dientes) querrían destruir.

El moderantismo abyecto y el vaciado de contenidos al que partidos como el PP han pretendido someter a la política no han servido para otra cosa que para desarmar del todo ideológicamente al sector de la sociedad española que antaño se identificaba como conservador y como partidario de los valores tradicionales de la familia, la patria y la religión católica. Sector que, si bien no podía decirse haya destacado nunca por la originalidad de sus ideas políticas, es un hecho que lleva desde los años sesenta en adelante permitiendo que la calidad de esas ideas se vaya degradando paulatinamente, hasta reducirse a la nada (o, como diría Pío Moa, a "la economía lo es todo").

Lo que es grave, dado que la desideologización conservadora no ha tenido otro efecto que el de favorecer que la sociedad española se vaya desplazando de manera gradual hacia planteamientos ideológicos cada vez más parecidos a los del único sector que lucha activamente por expandir sus ideas y concepciones (y es que, en este mundo, la iniciativa casi nunca la tienen las mayorías, que suelen apáticas y acomodaticias por ignorancia y falta de capacidad para ir más allá de la mera supervivencia en el día a día -hechos que solo parcialmente son imputables a culpa alguna por su parte-). Es un hecho que, al margen de los resultados electorales de los últimos años, el BOL(UDO)chevismo pseudoespañol -al que llamo pseudoespañol porquese la trae floja que España se disgregue a causa de la acción erosiva que sobre ella ejercen los secesionismos vasco y catalán- ha conseguido lo que quería. Poco a poco, una fracción cada vez mayor de la sociedad española se ve crecientemente seducida por sus nefastos puntos de vista. Al final va a ser que la presidencia de Zapatero no fue más que un aviso.

Y el que dude de la veracidad de mi último aserto que examine los resultados electorales. Dejando de lado a los separatismos, tenemos tres partidos BOL(UDO)cheviques (IU, PODEMOS y Equo), tres social-tontócratas o social-tontocratizantes (PSOE, UPyD y C's) y una nada absoluta que recibe habitualmente el nombre de PP (y que parece más proclive a social-tontocratizarse que a otra cosa). Además, de los partidos citados, todos son anticlericales (aunque C's quizá lo sea menos que los demás), con la excepción de un PP que, pese a no haber sido tradicionalmente anticlerical, cada vez va teniendo más gestos feos hacia la Iglesia y hacia muchos de sus mejores y más dignos representantes, y propugna con cada vez más desenfado políticas propias del mundo apóstata en el que vivimos (actitud que seguramente no hará sino empeorar con el tiempo, hasta que finalmente se convierta en un partido tan pagano y anticlerical como pueda serlo hoy PODEMOS). El único partido claramente contrario al consenso apóstata social-tontócrata que ha obtenido un número de votos reseñable ha sido VOX. Y aún así Equo ha quedado por delante y con eurodiputado allí donde VOX se mantiene extraparlamentario.

Por todo ello, mi conclusión personal es la de que VOX tiene que mojarse. El gran defecto de VOX que me llevó a decantarme por una opción marginal como ha demostrado ser Impulso Social en estas elecciones fue el miedo al engaño. Y no un miedo arbitrario ni irracional. Sino un miedo fundado en razones de no poco peso. Supuestamente, VOX nació porque un sector social importante que tradicionalmente había votado al PP estaba ya harto de que se lo engañase una vez sí y otra también. No se podía seguir aceptando que se vendiera al PP como el único partido al que podía recurrir la gente adscrita a valores genuinamente cristianos y/o antiestatistas, con la excusa del mal menor (que es lo que, desgraciadamente, ha hecho y sigue haciendo nuestra Conferencia Episcopal). Así que se creo un nuevo partido, que, para atraer al ala dura del PP, se mostró contundente en ciertas cuestiones importantes (especialmente las relativas a la lucha contra el terrorismo y a la organización territorial de España) desde el primer instante. Y es comprensible que a muchos eso les pareciese suficiente. Pero ese no podía ser mi caso ni el de muchos otros.

Porque VOX olvidó que buena parte de la facción que pretendía seducir era acendradamente católica. Y que más de uno y más de dos votantes católicos no podían conformarse con palabras bonitas en relación a la cuestión de la oposición al aborto (aunque solo sea porque ya el propio PP pronuncia palabras bastante bonitas en relación a esa cuestión). Pues la ausencia de un mensaje rotundo e inconfundible a favor de la protección alternativa de la vida (en el que se detallasen los medios a los que se pensaba recurrir para defenderla llegado el caso) era fácil que se interpretase como posible ambigüedad calculada sin otro objeto que el de engañar a los que ya habían sido engañados en el pasado.

Trance por el que muchos no hemos estado dispuestos a volver a pasar, razón por la cual hemos decidido no apoyar a VOX hasta que no adopte de manera inequívoca una postura clara sobre lo que defiende en relación con la vida (ojo al dato, yo me conformo con una postura clara y que conduzca a la reducción sustancial, si no a la eliminación, del aborto). Pues a VOX no le exigimos solo que no engañe (quizá no lo esté haciendo y después de su congreso fundacional empiece a defender los principios innegociables con tanta sinceridad como lo hacen los partidos de Impulso Social), sino también que se esfuerce todo lo que le sea posible para que no parezca posible ni siquiera por un instante que nos pudiera estar tomando el pelo.

Ahora queda un año y medio hasta las elecciones generales. Y menos de un año para las municipales. En ese tiempo, VOX aún puede terminar de perfilar un mensaje más del gusto de su potencial electorado, de buscar un liderazgo más estimulante y de no hacerle ascos a las alianzas con pequeñas formaciones -como AES o PFyV- cuyos escasos votos pueden ser una valiosa ayuda a un partido principiante. Sobre todo, creo que el partido podría y debería cristianizarse. Yo tengo claro que vale la pena apostar por hacer política inspirado en el Evangelio, y que para que eso sea posible es necesario romper todas las asociaciones preexistentes con muchos paganos que, si bien en relación a muchos asuntos importantes de actualidad pueden creer exactamente lo mismo que muchos cristianos, es mejor que incluso en esos casos busquen la consecución de sus objetivos por caminos separados de los de los creyentes de Jesús. Aunque solo sea porque tan importante como los fines es el camino mental a través del cual se llega a creer en la necesidad de alcanzar los citados objetivos. IHS

viernes, 23 de mayo de 2014

¿POR QUÉ VOTAR EN ESTAS ELECCIONES EUROPEAS?

El próximo día 25 de mayo se celebran las elecciones al Parlamento Europeo. No puede decirse que sean unas elecciones en las que nos juguemos gran cosa como país. En la UE, el poder de decisión corresponde, en esencia, a los Gobiernos de los Estados miembros, que lo ejercen a través del Consejo y del Consejo Europeo. El resto de las instituciones comunitarias juegan un papel más bien secundario. Y, si bien al Parlamento Europeo se le han concedido más poderes de los que tenía en el pasado, dichos poderes se ejercen sometidos a tal tutela del resto de instituciones que no cabe hacerse ilusiones.

En definitiva, que, si bien las que van a celebrarse son unas elecciones europeas, y es normal por lo tanto que los asuntos europeos jueguen un papel en la emisión del voto de cada ciudadano; la relativa insustancialidad del proceso electoral invita a votar teniendo en cuenta razones de política interior. Estas elecciones pueden servir para dar un toque de atención a los partidos políticos que no necesariamente tiene que estar motivado por su política europea. Ese es mi caso.

Yo no dejo de lado los asuntos europeos en esta elección. Pero tengo otras controversias tanto o más en cuenta que las relativas al proceso de integración europea. Sin duda alguna, yo soy antieuropeista. No creo en la UE, y desearía francamente que ésta desapareciese. Creo que una cosa es establecer una alianza económica con otras naciones de nuestro entorno y otra cosa muy diferente es diluir la soberanía nacional en las aguas revueltas de una organización internacional que ni siquiera puede decirse que funcione a nuestro gusto, ni al de otros países diferentes de Francia y Alemania.

Creo que Europa no está preparada para confederarse. Y he elegido cuidadosamente la palabra. Al fin y al cabo, se supone que la confederación es el tipo de asociación de naciones en cuyo seno tiene lugar el tipo más débil de integración entre las mismas. Así que, si de verdad pienso que Europa no está preparada para confederarse, mucho menos preparada ha de estar para hacer lo que las actuales castas políticas de la UE pretenden, que es establecer entre ellas una federación (lo que implica una integración todavía mayor -aunque no sea plena- de naciones que me parece evidente que no reúnen las condiciones que harían posible realizar tal integración). Y ni siquiera una federación bien estructurada como lo son los EEUU, sino una federación cutre y mal hecha en cuyo seno los intereses de las naciones que constituyen Europa se ensamblen de cualquier manera.

Sea como sea, insisto en que no son las cuestiones europeas las que más incidirán en el sentido que voy a darle a mi voto. En este momento de la Historia de España, nos enfrentamos al hecho cada vez más evidente e innegable de que el modelo político chapucero de que un constituyente incompetente nos dotó en 1978 hace aguas por todas partes. Ha fracasado. Y lo ha hecho hasta tal punto, que ya hasta se duda de que baste con su reforma. Muchos creen deseable que acontezca una ruptura política en toda regla con el pasado. Y yo me encuentro entre los que se decantan del lado de esa alternativa, por lo que me opongo a toda pretensión de moderación en este sentido. Se exige una democratización de las instituciones, y tal democratización es imposible en el marco de la actual Constitución. Al menos tal y como está redactada actualmente.


Así pues, son los principales problemas de nuestro país los que más he tenido en cuenta a la hora de decidir atribuir mi voto, que ya he dicho en numerosas ocasiones que irá para la coalición de partidos Impulso Social. Que no siempre me parece la que mejor responde a los problemas de España entre todos los partidos que se presentan (en algunas cuestiones, no puedo negar que considero que Vox la supera -y cito solo a éste partido porque me parece el único que tiene cosas que aportar respecto de las cuales Impulso Social no le aventaja, o incluso está retrasada con respecto de la formación escindida del PP-.

Considero que, en el momento presente, los principales problemas de España se resumen en estos cuatro, ordenados de menor a mayor importancia: económico, institucional, territorial y sociomoral. Y, en una próxima entrada, me detendré más específicamente en cada uno de ellos y explicaré por qué considero que es Impulso Social la opción política más adecuada para hacerles frente. Con un voto que consiguiera arrastrar a votar esas siglas, bien pagado me sentiría por Dios nuestro Padre. Y si no sucediera una cosa así, al menos podré mirarme a la cara al espejo el lunes 26 de mayo y decirme a mí mismo que contribuí a una buena causa en la humilde medida en que pude. IHS

miércoles, 21 de mayo de 2014

HOY LA COSA VA DE SAIN




Ésta más o menos es mi opinión sobre SAIn (Solidaridad y Autogestión Internacionalista), que es una formación política que se presente a las elecciones europeas:

Desde una perspectiva católica, SAIn es junto con Impulso Social la formación política que objetivamente mejor compatibiliza su programa político con la defensa de los principios innegociables que establece la Iglesia. Cosa que además no sucede por casualidad, sino que obedece al hecho de que, en su mayor parte, los componentes de SAIn son católicos y éste es un partido que busca deliberadamente ajustarse a la enseñanza de la Iglesia.

Por lo que yo sé, SAIn está a favor de perseguir criminalmente el aborto, de derogar el matrimonio gay, de velar por el interés de los hijos impidiendo que adopten parejas diferentes de las que deberían haberles correspondido por naturaleza: que son las compuestas por hombre y mujer, de promocionar la familia natural apoyando económica y materialmente a las mujeres trabajadoras que quieran ser madres, y de no andar torpedeando la labor social de la  la Iglesia imponiéndole cargas tributarias que no se imponen a otros que, a diferencia de ella, no aportan nada a la sociedad que justifique que no se les cobren determinados impuestos (partidos políticos, sindicatos, etc.).

Creo que SAIn es un partido por el que un católico poco formado puede votar sin demasiados problemas de conciencia. Explico lo que quiero decir con eso. El gran problema de SAIn es que no se trata de una especie de "PSOE católico" (ni siquiera de la hipotética ala dura de dicho PSOE ficticio). Es una especie de mezcla entre IU, Equo y Podemos, solo que católica (o, por lo menos, respetuosa del catolicismo y con clara intención de no ofenderlo ni de buscar confrontación suicida con los mayores promotores de ese compromiso y esa justicia sociales que ellos aspiran a defender. Presumo que con toda sinceridad. Es decir, no pongo en duda la catolicidad y el compromiso de sus miembros con lo que ellos llaman "justicia social". Tampoco dudo de que ellos cfreen que su proceder es el más cristiano posible. Pero para mi está más claro que el agua que los católicos que componen ese partido son católicos que viven en el Mundo de Yupi.

Y para mí vivir en el mundo de yupi es inaceptable. ¿También para un católico? ¡Especialmente para un católico! Una fe sólida debería traducirse en ideas sensatas, siendo como era Cristo la misma voz de la verdadera Sensatez. Sin embargo, si bien la defensa que SAIn hace de los principios innegociables es irreprochable, en relación a cuestiones más terrenas (que, como es lógico, también tienen que tenerse en cuenta con motivo de una convocatoria electoral) sus postulados solo cabe definirlos como un montón de atajo de majaderías.

No es solo ya que no comparta sus ideas. Es que los puntos de vista a los que ellos se adscriben me parecen un cúmulo de insensateces sensibleras (Vg.: política de puertas abiertas a los inmigrantes, condonación de la deuda a las naciones pobres del Tercer Mundo, aumento de la ayuda que dedicamos al desarrollo -como si nos sobrase ahora mismo el dinero como para ir regalándoselo a otros países-).


SAIn es, como su propio nombre indica, un partido político que defiende ideas políticas internacionalistas -al respecto, creo que la imagen del niño negrito es bastante explícita-. Y por ende, aunque no vayan por el mundo echando pestes de la patria como un constructo burgués superestructural, no tienen lo suficientemente en cuenta que las naciones se parecen a las personas, y que igual que éstas no pueden ayudar a otras sin tener debidamente en cuenta su propio interés. Lo que además es más serio entre las naciones en la medida en que cuando se organizan como Estados disponen de un aparato que les permite cohesionarse para la guerra (que desgraciadamente, es un instrumento para alcanzar los fines geopolíticos de los Estados que no se ha abandonado y que probablemente nunca se abandonará, lo que obliga a estar prevenido contra la posibilidad de que te la declare, por ejemplo, una nación que se mostrase un tanto ingrata pese a una gran ayuda recibida en el pasado).

Pasando al plano de las finanzas, no es exagerado afirmar que el modelo económico que SAIn propone se basa en el ultraintervencionismo estatal y en la agresión indiscriminada contra los grandes patrimonios (esto es, en la imposición de cargas tributarias confiscatorias y en la regulación desmedida de prácticamente todos los sectores económicos por el Estado -con los consabidos efectos castrantes que eso generaría en nuestra economía y en la de cualquier país del mundo-). Es decir, que si no están influenciados por el marxismo y por la teología de la liberación (cosa que desconozco), parecen empeñados en hacer creer lo contrario.

En resumen, que su doctrina política me parece en muchos puntos basada en una comprensión un tanto simplona aunque no dudo de que bienintencionada del cristianismo. Y, por ende, un atentado contra el mismo. Que, sin duda alguna, no nace de la maldad ni del deseo consciente de hacer daño. Pero lo hace, aunque ni eso sea lo que quieren los que propulsan ese proyecto ni esa buena gente se de cuenta en verdad de lo que hace. ¿A quién puede sorprenderle? Y es que en verdad los peores desastres de la guerra a veces los provoca el "fuego amigo". Del cual dos cosas buenas, no obstante, se pueden decir de aquellos que lanzan el fuego amigo. La primera es que los daños infligidos a la causa común no los hacen movidos por ninguna mala intención. Y la segunda es que no solo desean arrojar los proyectiles contra el Enemigo. Muchas veces lo consiguen, contribuyendo de este modo a la Victoria. ¡Así que roguemos a Dios porque su participación en ésta sea lo mayor posible, maximizando sus grandes y minimizando sus errores!  IHS