sábado, 22 de febrero de 2014

MOECHUS CALVUS (EL ADÚLTERO CALVO)




Llevo tiempo creyendo que Alejo Vidal Quadras es de lo peorcillo de la política española (leer al respecto http://lascronicassertorianas.blogspot.com.es/2013/05/los-peperos-mas-amigos-podrian-ser-los.html). Es un profesional del engaño. Enumeremos algunas de sus más célebres exhibiciones de ruindad política:

-Dice estar a favor de la democracia interna dentro de los partidos. Hasta el punto de albergar la pretensión de imponérsela a punta de pistola a todos ellos. Sin embargo, durante toda su vida política dentro del PP (partido al que ha pertenecido 30 años) se ha beneficiado de la elección a dedo, no concurriendo nunca a unas primarias (ahora se supone que por primera vez se va a presentar a unas para ser elegido candidato de VOX a las elecciones europeas). A mi, que soy decididamente contrario a las primarias intrapartitas obligatorias, esto no me importaría si hubiera entonado un mea culpa por su vergonzoso pasado político (que es fácil comprobar que contradice radicalmente las ideas que el ex-líder del PP catalán dice profesar ahora). Pero el caso es que a día de hoy nunca le he oído ni leído pedir perdón por haberse beneficiado del sistema que ahora critica. Lo que, inevitablemente, lleva a pensar que actúa y habla ahora como lo hace por puro oportunismo y deseo de salvar su poltrona.

-Dice estar a favor de la vida y contra el aborto. De hecho, sostiene que la política abortista del PP ha contribuído a separarlo del que fue su partido. Lo que no le ha impedido votar alguna que otra vez en el Parlamento Europeo a favor de propuestas del corte más puramente abortista imaginable obedeciendo la "disciplina de voto" (incluso en un asunto como éste que no olvidemos que se cobra vidas humanas). De ahí que la opción de VOX a la que ahora él casi seguro va a representar no pueda ser una opción válida para un español provida católico. Ni siquiera en nombre de la teoría del mal menor. Teoría que solo es válida en la medida en que el que la aplica pueda exhibir logros tangibles, aunque no voy a detenerme sobre ese particular.

-Dice estar a favor de suprimir las autonomías para así preservar la integridad nacional de España (que es el punto estrella del programa de VOX). Ahora bien, eso no le ha impedido proponer recientemente una alianza "regeneracionista" con UPyD y Ciudadanos, que son partidos que no discuten las nefastas CCAA. Peor aún, Alejo anda por ahí pidiendo públicamente una coalición con esos partidos, y eso equivale a propinarle una fuerte patada en el hígado -por decirlo muy finamente- a la gran mayoría de los potenciales electores de VOX, a quienes el nuevo partido no debería andar seduciendo con promesas de poner fin al sistema autonómico si lo que luego va a hacer es unir fuerzas con los partidarios de seguir casi como estamos (caso de Ciudadanos, que propone seguir con el Estado autonómico limitando el poder de las autonomías sobre la Sanidad y la Educación) o de evolucionar a peor (caso de UPyD, que propone un Estado federal al estilo de EEUU).


En definitiva, que Vidal Quadras es un personaje político que no contribuye a que los electores católicos y patriotas que deseamos cambios profundos en España confiemos en el partido por el que piensa presentarse a las europeas. ¡Y ojalá todo el problema se centrara en la discutible persona del ex-presidente del PP catalán! Por desgracia, ahí no se agotan las objeciones que un elector católico como yo le hace a la nueva formación política. En VOX no confío -aparte de por fichar a figuras públicas como la de Vidal Quadras- porque en el mes que lleva activa ha demostrado que en muchos terrenos piensa seguir los pasos del PP.

Igual que el PP, VOX pretende dar a entender que se opone al aborto y que pretende invertir la política de ingeniería social de Zapatero; e igual que el PP sus promesas ambiguas al respecto calan entre muchas personas (pese a que no aclaran lo que de verdad harían si accedieran al poder). VOX adopta la estrategia de la ambigüedad cuando no la de la callada por respuesta. Dicen cosas que pueden interpretarse de un modo o del modo exactamente contrario, y rezan para que a los que creen en su proyecto eso les parezca suficiente y no les pidan declaraciones más contundentes. ¿Por qué? Porque de esa manera siempre podrán traicionar su confianza el día de mañana y tener aún el rostro de decirles que es que ellos nunca habían propuesto lo que otros habían creído que proponían, sino que son los electores los que se habían confundido. ¡Mentirosos!

Aparte de la antedicha, hacen uso de otras estrategias. Como aquella de la que se ha servido en esta ocasión el nefasto Alejo: la de la letra pequeña. Con letra grande habla de la recentralización. Pero con la boca chica y en letra pequeña figura la posibilidad de hacer realidad los sueños más húmedos de los separatistas vascos y catalanes. ¡Nada más y nada menos que una confederación! Rígida sumisión a Madrid para todas las regiones de España y cuasi-independencia para Cataluña y las Vascongadas.


Para que los que lean este enlace (http://www.economiadigital.es/es/notices/2014/02/vidal-quadras_o_recentralizacion_del_estado_o_confederacion_solo_para_pais_vasco_y_catalunya_51076.php) se den cuenta de lo que significa a efectos prácticos la "solución alternativa" a la oficial de VOX que propone Vidal Quadras, les diré que una confederación se basa en la idea de que, dentro de la confederación, la soberanía corresponde exclusivamente a los pueblos de los territorios (sin participación ninguna del pueblo de la confederación en su conjunto), y que éstos son iguales unos a otros. Por eso, en el marco de una confederación organizada democráticamente, la asamblea representativa de la confederación suele ser unicameral (solo hay una cámara legislativa), teniendo los miembros de la confederación la misma representación unos y otros (pues para determinar esta no se toma en cuenta la población de cada Estado). Es verdad que cabe organizar las cosas de otra manera, pero el que yo describo es el modelo ideal (aplicado en EEUU antes de aprobarse la Constitución de 1787, y por la Confederación durante la Guerra Civil yanki).

En conclusión, que si en España nos volviéramos locos y decidiéramos crear esa confederación de tres de la que habla el habitual de las tertulias de Intereconomía, tranquilamente podríamos meternos un tiro, dado que Cataluña y las Vascongadas conseguirían lo que de verdad quieren los secesionistas de esos territorios, que no creo que sea de veras la total independencia, sino la consagración por todo lo alto en términos político-jurídicos (esto es, a nivel constitucional) de su hegemonía absoluta y de sus privilegios sobre el resto de las regiones de España. No exagero: si los planes del perverso Alejo se llevaran a término, entre ambas regiones reunirían los dos tercios de los votos del Congreso de esa hipotética confederación (Vascongadas y Cataluña) contra uno (que sería el tercio correspondiente al resto de regiones que actualmente componen España).

A mi, en cierto sentido, Alejo Vidal Quadras me recuerda (salvando la sideral distancia que los separa) al celebérrimo Cayo Julio César. No por sus grandes dotes como estratega político, caudillo militar, escritor de éxito ni orador. Huelga decir que a Alejo Vidal Quadras no le adornan ninguna de esas notables cualidades. Si me recuerda a Julio César es porque ambos merecen incuestionablemente el apelativo burlón -aunque también cariñoso en relación al romano- con el que la soldadesca de César se refería al general que los condujo en Alesia, Farsalia, Tapso, Alejandría, Ponto o Munda: moechus calvus ("el adúltero calvo"). Y es que, allí donde César -irresistible donjuán, según las crónicas- "traicionaba" la confianza de sus esposas con malas mujeres como Cleopatra (las comillas obedecen a que seguramente sus esposas ya lo sabían y a que es igual de probable que les diera igual); don Alejo Vidal Quadras a lo que le pone un par de cuernos tras otro (obsérvese que en esta ocasión la expresión no va entrecomillada) es a los principios con los que dice estar comprometido y que comparten sus ilusos votantes. 

A ellos les digo que del sujeto presumiblemente innoble al que va dedicada esta entrada me temo que no deben esperar más que actuaciones siempre regidas por lo que ese "adúltero calvo" estime en cada momento que es la mejor forma de seguir cobrando un sueldo a costa del contribuyente catalán, español y europeo. He dicho. ¡Dios nos asista! Por lo menos ahí tenemos partidos como Alternativa Española (AES), a los que con muchas menos dudas morales pueden votar tranquilos los creyentes en la Iglesia de Jesucristo. IHS

martes, 4 de febrero de 2014

TONTERÍAS QUE HAY QUE LEER

A TODO EL QUE LE GUSTE LO QUE LEYERE, QUE LO DIVULGARA A TRAVÉS DE CUALQUIER MEDIO DISPONIBLE YO LE PIDIERE. ¡DIFUSIÓN ES PODER!

Antes de leer mi artículo, yo que ustedes le echaba aunque solo sea un vistazo a este otro.

http://religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=33712

Tonterías que hay que leer, ¿verdad? ¡Qué pena que sea tan habitual leerlas en medios eclesiásticos! No por nada, sino porque se supone que allí donde todos flaquean, la Iglesia y los que la componen y dan la cara por ella deberían ser ejemplo de fortaleza y de sentido común. Desgraciadamente, es normal ver cómo se convierten en todo lo contrario (razón por la que quizá no estimulan apenas a nadie a que se convierta a Cristo). Como sucede en este concreto caso con Vicente Alejandro Villamón. Que otras veces escribe con más tino, y que tiene unos cuantos artículos muy dignos de ser leídos, pero que hoy creo que ha escrito un gazapo como una catedral de grande (que no de digno).

Por de pronto, ya el título del artículo promete lo peor. ¿Es Jaime Mayor Oreja la representación ideal de aquello a lo que tiene que aspirar un católico que desee intervenir en la vida política? Aviados vamos. Es como decir que yo soy la perfecta representación de un hombre de armas (sería el desastre para la defensa nacional). ¡Menos mal que no es modelo de Papa, porque si no la Iglesia seguiría formada únicamente por los mismos cuatro gatos que oyeron la predicación de Jesús! Me parece una vergüenza que un articulista católico se atreva a sugerir que un personaje público que ha militado durante no sé ya cuántos años en un partido que no ha mostrado la menor inclinación a combatir la ingeniería social pagana de nuestros tiempos y que no ha defendido jamás eficaz ni honestamente no digo ya la moral cristiana, sino ni siquiera el orden natural
(pues cuando ha simulado hacerlo ha sido por puro electoralismo -como sucedió en el cuatrienio 2004-2008- y con toda falsedad) es el compendio de todas las virtudes de las que debemos hacer gala los creyentes que queramos competir en el ruedo político.

El PP es el partido político más nefasto de nuestro tiempo (más que el PSOE, porque a diferencia de éste el PP lleva décadas secuestrando el voto católico y haciendo inútil nuestra presencia en la vida pública, que gracias a estos grandes servidores del Maligno deja de servir a lo único a lo que debería servir, que es a la propagación de la Justicia y a la edificación de la sociedad y de su orden político sobre cimientos lo más ajustados posibles a la enseñanza divina contenida en los Santos Evangelios). Tan es así, que hoy día pocos católicos lo defienden ardorosamente en público, aunque luego bastantes lo voten en privado. Sin embargo, sigue siendo lamentablemente habitual que muchos articulistas católicos sigan mirando con ojos benévolos a los que (sea por malicia, por idiocia bienintencionada o por mezcla de falta de escrúpulos y de inteligencia) han militado y servido en sus filas, y se sigue ensalzando su labor pública (sin que quienes lo hacen paren en mientes y reparen, ni siquiera por un segundo, en lo magro de los frutos que ésta ha deparado para el país -tanto desde una perspectiva católica como desde un punto de vista puramente secular-).

Y yo no digo que se tenga que crucificar a nadie, ni que haya que negar el pan y la sal a quienes militaron u ocuparon cargos de responsabilidad en el PP, ni en ningún otro partido no totalitario. Pero me parece evidente que lo que tampoco se debe hacer es colgarles medallas por sus graves faltas pasadas, como hoy se estila.


Pues una falta moral de primer orden y no otra cosa es haber formado parte de la cúpula de este PP de Rajoy, de la cúpula del PP de Aznar o de la cúpula de la AP de Fraga o de la UCD de Suárez. Ojalá tuvieran más vergüenza de su pasado los que ahora dicen estar hartos de su propio colaboracionismo (como Vidal Quadras) y se pasan a nuevas formaciones políticas como VOX. Porque escuchar a los que ahora conforman ese nuevo partido hablar con añoranza del PP de Aznar que con mayoría absoluta no tuvo mejor idea que dejar el aborto tal y como estaba (e incluso ampliarlo en la práctica añadiéndole la aprobación de la abortiva píldora del día después y otras maravillas -"...o majaderías, Lisa?"- de tiempos modernos) y regalarle a los separatistas el control total sobre la sanidad y la educación en sus respectivos ámbitos tribales (desandando se podría decir que casi todo el camino en pos de la unidad emprendido en éste país desde tiempos del desembarco en Ampurias de los romanos de Escipión -es una grosera exageración, pero sirva como hipérbole ilustrativa de lo que hoy sucede en España-) no contribuye en nada a que muchos nos inclinemos ni lo más mínimo a votar por el partido que abre a esa gente sus puertas.

Lo suyo sería que Abascal y Vidal Quadras se cubrieran un poco de ceniza por la cabeza e hicieran merecida penitencia por su adscripción política pasada, e igualmente el "modelo" de político "católico": don Jaime Mayor Oreja. De ahí que mi voto se incline por opciones mucho más sensatas en su análisis de lo que ha supuesto el PP, pasado y presente, para éste país. Caso de AES y de la coalición provida que ésta y otros partidos piensan formar y que yo pienso votar pese a ciertas discrepancias que me suscitan algunos puntos del programa que han hecho público (y es que es falso lo que dice Villamón de que no haya en estos difíciles tiempos alternativas genuinamente respetuosas con los principios innegociables que aporten aire fresco al panorama político español).

Otra lindeza que deja caer el artículo es la de que le debemos mucho al celebérrimo (no diré que para bien) cardenal don Enrique Tarancón. Creo que aquí se mezclan una idea cierta y una falsa. La idea cierta es que, por mucho que la Iglesia deba a un concreto poder terreno, eso no es razón para que la Iglesia se case con él, ni para que haga la vista gorda en relación con los errores o maldades que pueda cometer. No es que crea que Franco se caracteriza por sus errores ni por sus maldades (véase si no la anterior entrada del blog: http://lascronicassertorianas.blogspot.com.es/2014/02/defendiendo-franco.html), pero haberlos los hubo (si no a cargo suyo, si a cargo de los que le servían -y cuando eso sucede se tiene que presuponer las llamadas en el argot jurídico culpa in eligendo y culpa in vigilando-). Y aunque no los hubiera habido, Franco no es el Esposo de la Iglesia, sino Cristo, y en un matrimonio no caben más que el esposo y la esposa, lo que hace un total de dos. No hay sitio para terceros (aunque muchos se comporten al respecto como si la Iglesia debiera casarse con el carlismo, con Franco, con la Edad Media, con Constantino y Teodosio los Grandes, o con todos a la vez). Eso si, una cosa buena del artículo: Vicente Alejandro Villamón no cae en el tópico de negarle todo mérito a Franco, y reconoce lo obvio (lo que tampoco es para prodigarse en felicitaciones, ya que es mero cumplimiento de un deber moral de los que le saltan a la vista a todo católico mínimamente formado en Historia -que presumo que es su caso-). Esto es, que Franco salvó literalmente a la Iglesia de Jesucristo del exterminio en España a manos del BOL[UDO]chevismo español. Cosa que se la refanfinfla a tantos paganos (que nos niegan el derecho a la legítima defensa) e incluso a no pocos cristianos (que son peores al hacer esto porque SE NIEGAN A ELLOS MISMOS EL DERECHO A LA LEGÏTIMA DEFENSA).

Pero la idea falsa es, como suele decirse hoy día (aunque tengo mis dudas acerca de la corrección de dicha expresión), falsa de toda falsedad. De hecho, hace más daño la difusión de esa idea falsa que la falta de difusión de la anterior idea verdadera. Y la idea falsa no es otra que ésta: la de que debemos estar orgullosos y agradecidos por la forma en que la Iglesia española en tiempos de Tarancón deshizo el maridaje con el Régimen de Franco. Esa es una majadería integral. Deberíamos estar contentos con cómo fueron entonces las cosas si hoy viviéramos en una verdadera democracia que además fuera respetuosa del orden natural y de la moral a la que los cristianos hemos accedido a través de la Revelación que Dios hizo de sí mismo. En ese caso sí que podríamos echar la vista hacia atrás en el tiempo y decirnos a nosotros mismos: "¡Qué gran visión demostraron tener los pastores que guiaron al rebaño de Dios en aquellos difíciles días!" No es el caso. Siendo hoy el desastre que es España en todos los órdenes (quizá la única monarquía bananera del mundo), lo mejor sería que quienes tomaron parte en la consolidación del actual y lamentable estado de cosas echaran tierra encima de aquella participación (o mejor aún, que la reconocieran -pero con la debida vergüenza y contrición-). ¡Pues no, se quedan tan panchos, y se pavonean orgullosos, presumiendo a la primera ocasión de su culpabilidad! Que ellos consideran una buena obra (ya si movidos por la maldad, por la estupidez o por ambas es un misterio para mí).

Y es que, igual que Mayor no es modelo de político, Tarancón fue un contramodelo de pastor sagrado. Al menos en algunos aspectos (no vamos tampoco a caer en el error de negarle toda virtud). Desde luego, probablemente sus intenciones fueran buenas, pero su discernimiento fue lamentable (igual que lo es el de monseñor Rouco financiando 13TV con los dineros de la grey católica). Y a veces diría que criminal. Decir que se colaboró con la Transición a sabiendas de que traería el aborto yo lo considero poco menos que complicidad y hasta cooperación necesaria al mayor y menos reconocido de todos los exterminios de vidas humanas acontencidos a lo largo de la Historia universal. ¿O no decía con sabiduría Edmund Burke aquello de que "la única condición necesaria para que el mal avance es que los hombres buenos no hagan nada"?

Termino este artículo rogando al Señor que nos de sacerdotes y políticos santos (aunque hoy día lo último parece un oximorón -término que confieso haber sacado del autor del blog "Anotaciones de Pensamiento y Crítica", don Manuel Morillo Rubio-). Y de paso con mayores entendederas que los suscitados hasta el momento (que no siempre va una cosa unida a la otra). No es pedir mucho a Dios. Y aunque así fuera, ¿a quién pedirle mucho si no es a Él, que todo lo puede? ¡Bendito sea por los siglos! IHS

domingo, 2 de febrero de 2014

DEFENDIENDO A FRANCO

Se hablaba de Woody Allen, de quien se comenta que presuntamente ha abusado de una hija suya. Entonces yo hice este comentario:

"Lo triste del caso es que la depravación que se le atribuye (como también la judicialmente probada de Roman Polanski) no es óbice para que este director de cine sea admirado y homenajeado por millones de personas. Si toleramos eso, no sé por qué no tolerar los homenajes que en las Provincias Vascongadas les hacen los batasunos a los presos etarras. IHS"

Al tiempo, ví publicada esta respuesta, que empezaba de un modo enteramente inaceptable:

"Igual que Franco fue de las peores cosas que le sucedió a España y aun así hay que agradecerle el sistema sanitario/educativo que hoy día tenemos (perdón, que teníamos hasta hace un par de años). Igual que hay políticos a los que jamás en mi vida votaré, pero aun así admito que son grandes en su trabajo. Yo a Polanski como persona lo encerraría hasta que no viera más la luz, pero como director es impecable.
Allen... es que no me gusta su cine, simplemente xD
"


Aquella referencia a Franco era una tontería demasiado grande como para que yo permaneciera impasible. De manera que la respondí del siguiente modo:

"Desde luego, ningún católico que conozca mínimamente la Historia reciente de nuestro país afirmaria que Franco fuera de lo peor que le sucedió a España. Es más, afirmo abiertamente lo contrario. Yo le considero de lo mejor que le ha pasado al país en los últimos dos siglos. Y no solo porque protegió a mis correligionarios de la mayor persecución religiosa desatada en tiempos modernos contra la Iglesia (lo que me lleva a afirmar sin duda ninguna que habría estado a favor de su bando en la Guerra Civil aunque solo fuera por mero instinto de supervivencia). Sino también porque fue un gobernante cuyo periodo de Gobierno está plagado de logros impresionantes. El mito de su "crueldad" obedece más a los prejuicios y a la ignorancia histórica de la gente que a la realidad. Sus métodos obedecían a la situación del momento, y sus pecados no son peores que los que cualquier otro habría cometido en su situación. Seguramente hasta sean de menor entidad. Por todo ello me he sentido inclinado a no dejar el desacertado comentario que precede al mío sin respuesta. IHS"

La contestación no me pareció demasiado mal. Podía interpretarse tanto de un modo razonable como de un modo más bien hasta despectivo para con uno mismo:

"Exacto. Acabas de demostrar la fuerza de mi argumentación."

Pero, en cualquier caso, había que dejar claro un punto, que era el que había motivado el alargamiento de la discusión. ¡Había que defender el honor de Franco y la justicia y moralidad de su persona y de su causa! Eso hice:

"Desde cierta perspectiva comprendo que lo creas así. Y hasta puede que sea verdad lo último que comentas. Pero insisto en poner de relieve mi mayor discrepancia contigo, porque no pienso ni siquiera que Franco fuera un personaje malo del que salieron cosas buenas. Creo que fue una persona moral, y un líder político decente. Por ello no me sorprenden ni sus decisiones acertadas ni sus políticas benéficas y exitosas. IHS"

Entonces llegó una respuesta que verdaderamente he sentido como un insulto. Que es el arma que utilizan los paganos y los que les bailan el agua cuando no tienen ningún razonamiento inteligente que oponer a lo que sea que dicen los creyentes y los defensores de la Verdad:

"(Hitler también) "

Como no sabía qué responder, pues seguramente el seso no le daba para mucho más, quiso dejarme de nazi a los ojos de los que lean esa conversación. El diálogo se alargó varias intervenciones más. Pero ahora no voy a escribir lo que le respondí, sino lo que pensaba responderle, que considero es más útil de cara a defender la figura de Franco de comparaciones odiosas con otros dictadores.

Mi idea era responder a la mujer ésta que su respuesta era una majadería. Y las razones de que así sea son las siguientes:

1ª) Hitler no salvó a ninguna comunidad de un exterminio indiscriminado e inmotivado, todo lo contrario (quiso provocarlo él mismo y lo llevó a cabo, para desgracia de la Humanidad, con demasiado éxito). Hitler estableció un régimen totalitario allí donde Franco estableció una dictadura de corte clásico (que en aquellos tiempos no era algo demasiado anormal -muchos tienden a olvidar, en su ignorancia, que los sistemas basados en las elecciones son una cosa muy reciente en casi todas partes-).

2ª) Hitler agredió a los que no le agredieron ni le amenazaban en nada allí donde Franco se defendió de los que acosaban a su bando y a la gente que compartía sus ideas desde el nacimiento mismo de la malograda II República.

3ª) Hitler destruyó un sistema más o menos libre (como era la Alemania de Weimar) allí donde Franco cortó de raíz la transición propulsada por el Gobierno frentepopulista de España hacia el otro totalitarismo que ha llenado de horror y de muerte el siglo XX: el socialista.

Ahora, por continuar defendiendo a Franco de la mala prensa que inmerecidamente se le ha creado, insistiré en la idea de que el Caudillo fue un gobernante prodigioso como pocos ha habido en la Historia reciente del país. Solo Cánovas del Castillo podría comparársele, y quizá ni siquiera él. Expondré algunos de los logros de Franco (que algunos achacan al mucho tiempo que gobernó, como si otros gobernantes que se han eternizado en el poder -caso de los hermanos Fidel y Raul Castro en Cuba- hubiese consechado éxitos comparables):

1º) Derrotó al totalitarismo socialista en la Guerra Civil y luego durante el maquis; evitó que el país entrase en una ruinosa II Guerra Mundial.

2º) Amplió enormemente la infraestructura sanitaria española -aunque, paradójicamente, no le aplaudo la introducción en el país de la Seguridad Social, a la que esencialmente soy contrario-.

3º) Consiguió reducir el analfabetismo -que cuando llegó estaba todavía ampliamente extendido- en las nuevas generaciones a niveles marginales. A la muerte del dictador la gente aún analfabeta era gente mayor educada generalmente en periodos anteriores a 1939.

4º) Protagonizó un crecimiento económico vertiginoso de España -que durante años fue la economía que creció a mayor velocidad de Europa, y una de las que más crecieron del mundo-, lo que se tradujo en un descenso de la emigración española al extranjero a partir de la década de los 60, amén de en un paro marginal -como para que nuestros actuales dirigentes tomaran nota-.

5º) Trajo al país una estabilidad política que no había conocido desde los días de Carlos III; mantuvo el tamaño del Estado -hoy en día hipertrofiado hasta el extremo- reducido a unos niveles que yo habría procurado reducir bastante más, pero que no dejaban de ser bastante aceptables.

6º) Defendió la vida manteniendo la prohibición de ese nefasto crimen que es el aborto, y apoyó a la familia con medidas bastante más vigorosas de las que se ha enseyado después a través de la concesión de premios a la natalidad (aunque en este apartado, su logro es más por comparación con lo que se ha hecho después -torpedear a la familia-, que por lo que realmente supuso lo que consiguió -que es mucho menos de lo que yo creo tendría que hacerse por las familias-).

Asimismo, es un hecho que Franco encarriló no pocos de estos logros ya antes incluso de la década de los 60, pese al aislamiento internacional tan rígido que sufrió España en aquellos años. Como también lo es el que durante el franquismo los presos políticos eran solo una minoría de la totalidad de los reclusos, y que entre esos presos no había prácticamente ni un solo demócrata -pues en general se trataba de presos que pertenecían a organizaciones totalitarias como el PCE, cuando no a grupos terroristas como la ETA o el FRAP-. El balance es tal, que lo normal no es que, como sucede hoy día, los que no lo odian se muestren indiferentes ante su figura. Lo normal sería que se lo homenajease año tras año, y que le dedicase por lo menos un día de fiesta.

¿Que Franco hizo todo aquello matando gente? Esa es una objeción subnormal. Cuando coexisten dos bandos, basta con que uno no quiera la paz para que la guerra se torne inevitable. Franco no quiso el conflicto, ni quisieron tampoco la Guerra Civil la gran mayoría de quienes lucharon en su bando. Fueron sus enemigos (y muy especialmente el PSOE) los que la provocaron consciente y deliberadamente. Y todo porque, en su soberbia, aquellos locos no se pararon a pensar que de la contienda igual podían salir derrotados ellos (como, afortunadamente, sucedió). Proceder el de las fuerzas políticas marxistas igualito, por cierto, que el de Hitler al provocar la II Guerra Mundial.

En resumidas cuentas, que es un hecho que Franco y su dictadura hicieron matar después de la Guerra Civil, y seguramente no siempre a culpables. Pero para mí es importante hacer ver hasta qué punto esto no tiene nada de particular, analizado con perspectiva histórica. No existe ningún régimen político no democrático que pueda sostenerse sin el recurso a la coerción física más o menos constante, al menos potencial. En esas condiciones es prácticamente imposible no equivocarse nunca (en el sentido de que alguna vez sufrirán personas que no merecen sufrir). Por eso, en toda etapa de la Historia en la que las circunstancias obligan a que la democracia deba ser dejada de lado por ser imposible practicarla de manera estable, la violencia política ejercida por el poder es algo que va de suyo (así que, en el momento en el que se asume que no era posible la democracia en la España de aquellos años, no tiene sentido escandalizarse del hecho de que muriera gente bajo el franquismo -en su mayoría, por cierto, criminales de guerra republicanos y terroristas comunistas o separatistas-).


De ahí que si se abandona la democracia, tiene que ser con el fin de retornar a ella en cuanto vuelva a ser practicable y los que discrepan y tienen ideas contrarias vuelvan a respetar la libertad de los otros para proclamarlas en público y hacer apología de ellas. La democracia es el único régimen capaz de subsistir sin el recurso a la censura ni a la represión sistemáticas. A eso se debe que sea tan importante alcanzarla y, una vez conseguido esto, mantenerla en funcionamiento (lo que obliga a tolerar a los que toleran y a no tolerar a los que están decididos a arruinarla). Tanto humanamente hablando como también en clave de fe. Es deseable evitar tener que recurrir a la violencia jamás, por justo que nos parezca, pues es casi imposible para casi todos los hombres recurrir a la violencia sin que ello conduzca a que nos dejemos llevar por la ira. Y la ira nos aleja de la mansedumbre, que es la actitud que debe regir nuestras relaciones tanto para con Dios tanto en nuestras relaciones con Él como para con el prójimo. IHS