sábado, 25 de enero de 2014

¡DE LAS OCURRENCIAS DE LOS PAGANOS LÍBRANOS SEÑOR!

A TODO EL QUE LE GUSTE LO QUE LEYERE, QUE LO DIVULGARA A TRAVÉS DE CUALQUIER MEDIO DISPONIBLE YO LE PIDIERE. ¡DIFUSIÓN ES PODER!


Ví esta noticia publicada en el estado de Facebook de un buen amigo mío:

http://www.laopiniondemalaga.es/sociedad/2014/01/23/iglesia-debe-meterse-decision-mujer/647536.html

Acto seguido, la compartí y comenté lo siguiente en la misma red social:

Realmente, lo más increíble de todo no es ni siquiera que esta mujer -que es monja católica- se atreva a enmendarle la plana a una Iglesia de la que forma parte, en un alarde de falta de coherencia. Lo que a mí me ha dejado verdaderamente boquiabierto es lo de que se atreva a sugerirle al mismísimo Dios lo que tiene que hacer. ¿Habrase visto tamaña prepotencia? Porque no es el Bien el que rige sobre Dios, sino Dios el que rige sobre el Bien. Las cosas que son justas e injustas lo son porque así Él lo ha querido. Y eso, que no resta un ápice de objetividad al Bien (es más, a mi me gusta creer que la objetividad viene determinada por la subjetividad de Dios), no lo cambia el hecho de que Él no haya mudado ni vaya a mudar jamás su parecer, permaneciendo éste invariable eternamente. IHS

Luego ví escritas varias respuestas, la mayoría de las cuales reconozco honestamente que me parecieron pura y simple excrecencia del intelecto. Sin embargo, hubo una que me pareció especialmente demostrativa de la clase de tiempos irracionalistas que nos ha tocado vivir. Una persona compartió la noticia -como yo había hecho antes- y adjuntó a la misma el siguiente estado:

Un pequeño paso para una monja, pero un gran paso para "abrir las ventanas de la Iglesia" de verdad. Decidan por ustedes mismos



Y yo he decidido hacer caso del consejo que nos da la persona que comenta en la última frase de su breve estado (tan pequeño en el fondo como en la forma). Aunque la respuesta no la he escrito en Facebook, sino que la paso a mi blog. Y es la siguiente.

Por de pronto, que es una pena que para tantos abrir las puertas de la Iglesia sea que ésta (que reclama haber nacido del Jesucristo del que nos hablan los Evangelios) tire las palabras y los mandamientos de su Fundador y Maestro por el sumidero.

Según cuenta la Biblia, Dios mismo fue el que nos hizo descender de lo alto el Quinto Mandamiento ("No matarás"), y también fue Él quien por su propia boca nos dijo que "lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre" (con esas palabras prohibió Jesucristo el divorcio que tanto habían practicado los antiguos judíos al igual que otros pueblos).

Ante esto, ¿es imaginable entoces que los cristianos podamos alguna vez aprobar el exterminio de vidas humanas inocentes a través del aborto o que podamos jamás llegar a admitir la disolución del matrimonio canónico por vía diferente de la muerte de alguno de los cónyuges? Y si hiciéramos lo que los paganos y los apóstatas quieren de nosotros, contradiciendo al mismo Cristo, ¿podríamos todavía decirnos cristianos?

Obvio es que no lo seríamos. De lo que se saca esta conclusión: los que claman por que se abran "las ventanas de la Iglesia" lo que son es unos majaderos que pretenden nada más y nada menos que ver cómo la Iglesia renuncia voluntariamente a toda su razón de ser haciéndose el haraquiri y prescindiendo de toda la enseñanza que se compila en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, que es la que Dios mismo ha vertido durante los milenios que duró la Revelación en la que se funda nuestra religión, que estimamos por verdadera y por producto de la verdad histórica, y no por falsedad o engaño producto de meras fabulaciones.

Esto es algo que nadie que sea realista puede esperar que suceda. Si somos cristianos es porque creemos en Jesús, y si creemos en Él como Dios se presume que lo consideramos absolutamente infalible. Si aceptáramos el sinsentido con el que tantos paganos, paradójicamente, nos quieren hacer comulgar, estaríamos enmendandole la plana a Jesús, y diciendole que se equivocó. Y si hiciéramos eso, carecería del menor sentido que sus creyentes continuásemos rindiéndole culto. Entre otras cosas porque ya no seríamos creyentes, pues estariamos negando veracidad a su prédica y a su enseñanza. Pues en el momento en el que se pone en duda cualquier precepto de la doctrina que Él nos enseñó, la sombra de la duda se cierne sobre todo el conjunto.

Y la fe no es ciega ni irracional, pero tampoco puede vivirse compaginándola con el temor de estar equivocado. A Cristo no se lo vive como una posibilidad, sino como una realidad. Es una piedra ante la que solo tienen sentido dos actitudes: o se desecha, o se la reconoce como la piedra angular de nuestras vidas. Yo he elegido tenerla por piedra angular. Aunque luego no sepa construir sobre ella un edificio tan bien hecho como el que a mí me gustaría que fuera el que sirve de morada a mi espíritu. IHS

miércoles, 15 de enero de 2014

VERSIONES ALTERNATIVAS DE JESUCRISTO: "¿MARAVILLAS, LISA... O MAJADERÍAS?"

A TODO EL QUE LE GUSTE LO QUE LEYERE, QUE LO DIVULGARA A TRAVÉS DE CUALQUIER MEDIO DISPONIBLE YO LE PIDIERE. ¡DIFUSIÓN ES PODER!

El artículo de hoy gira en torno al típico comentario chorra acerca de la figura de nuestro Señor Jesucristo salido de la pluma de un descreído. Se trata de una enorme tontería, que por desgracia es un perfecto ejemplo de una idea muy boba acerca del personaje histórico por antonomasia a la que se adscriben en sus más diversas modalidades millones y millones de personas. Y que contamina el pensamiento y perturba la paz de espíritu en mayor o menor grado de muchos que de otro modo tendrían más claro el pasar a ser o el permanecer en la condición de creyentes del Verbo. De ahí que me sienta obligado a contestar a las tonterías que vertió la persona que escribió lo anterior. A las que les he dedicado un título que evoca el capítulo de Halloween de "Los Simpsons" en el que por culpa de Homer el efecto 2000 lleva a la Humanidad al colapso (ved este vídeo y entenderéis: http://www.youtube.com/watch?v=fnBNg6IJD1Y). Primero, demos a conocer la tontería de la semana, y acto seguido la contestaré. Ahí va la excrecencia:

"Por cierto,"cristo" ni predicó tales cosas ni pensó nunca en los "gentiles" como buen rabí judío que era...de hecho,sólo creó una secta judía milenarista más siguiendo doctrinas y ejemplos como el gnosticismo y los esenios."

¡Habló el colegui de Jesucristo! En serio, yo respeto que quien no crea ponga en duda el relato evangélico, e incluso a quien directamente lo tome por una trola como la copa de un pino. Es decir, que respeto que se le niegue veracidad a las fuentes a través de las cuales los creyentes afirman la existencia de Cristo y el contenido de sus enseñanzas.

Sin embargo, me maravilla que haya quien se saque de la manga relatos alternativos que no se basan en absolutamente ninguna fuente histórica, sino que son puramente inventados y supuestos, con mayor o menor base, a partir de sucesos históricos muy remotamente relacionados -cuando no del todo ajenos- a los que narran las fuentes por las que los creyentes creemos razonablemente conocer la realidad histórica tanto de Jesús como de la Iglesia primitiva.

Dicho de otra manera, los cristianos (con independencia de que nuestra religión sea veraz o de que nos hayan engañado a lo grande durante dos milenios colándonos la fábula más lograda de la Historia) tenemos fuentes. Acertadas o equivocadas es otra cuestión (aunque no hará falta que diga lo que creo al respecto: esto es, que los sucesos referidos por los Evangelios son la verdad acerca de lo que sucedió; que Jesucristo era en verdad la Encarnación del único Dios verdadero al que más nos convendría a todos tributarle el culto y las obras que merece practiquemos en homenaje a su santo nombre).

No obstante, los que hablan como David Lara no tienen absolutamente nada tangible que alegar a favor de sus alocadas y fantasiosas tesis (he oído hablar de fuentes históricas antiguas que evidentemente no dicen de Jesús que fuera lo que se nos cuenta en la Biblia -normal, eran paganos y para ellos la fe cristiana era una chaladura-; pero jamás he tenido noticias de fuentes históricas que nos digan que el propio Jesús ni sus discípulos ni nadie hubiesen dicho de Él que fuese algo ni siquiera remotamente parecido a lo que dicen que era muchos de los incrédulos de estos tiempos modernos). Lo peor de todo es eso: la seguridad con la que hablan de lo que no hay fuente antigua alguna que lo afirme ni sugiera. ¡En serio, pibe! Hablan como si hubieran viajado en una máquina del tiempo para salir de copas con el protagonista y luego hacerle una entrevista (que me da a mí que no sería más fiable que la reciente de Scalfari al Papa Francisco). Te dicen que era esenio o gnóstico o que basaba sus ideas en las de aquellas corrientes religiosas como si hubieran tenido una charla larga e intimísima con él esa misma tarde.

Entiendo que ellos dirán de nosotros lo mismo pero al revés (que somos nosotros los que afirmamos la divinidad del sujeto como si acabáramos de volver de asistir a su Resurrección en primera persona). ¡Y tendrán razón! No obstante, la diferencia no es nada menospreciable, a los ojos de cualquiera que enfoque esta cuestión sin otra óptica que la de la más pura razón. Ellos, a favor de sus ridículas versiones alternativas de los hechos (que, incluso si la religión cristiana estuviera equivocada, no creo que pudieran ser ciertas ni por casualidad), solo pueden exhibir sus propios prejuicios contra el relato evangélico.

Nosotros quizá también tengamos prejuicios, pero por lo menos podemos aportar fuentes próximas a la época de Jesús como aval de nuestro propio punto de vista. Aunque, todo sea dicho, yo otorgo a las fuentes un valor relativo. Dicho de otra manera, que aunque no existieran fuentes históricas que avalasen la fe, no por ello se resentiría mi firme creencia en la historicidad de Cristo y de los grandes hechos que le atribuye el Evangelio. ¡Ya es mucho que exista lo que existe! Teniendo en cuenta las circunstancias en las que nació el cristianismo y el tipo de gente entre la que se difundió en un primer momento..., ¿Qué puñetas esperaban que nos legasen las primeras comunidades? ¿Diez millones de fuentes perfectamente documentadas que nos narraran al detalle -como en la serie "24"- de todos y cada uno de los minutos de la vida de Jesús, cual Jack Bauer de la Antigüedad? ¡Válganos Dios! ¡Cuantísimas tonterías hay que leer! ¡Que Dios ilumine nuestra senda y evite que nuestro pie tropiece con ninguna piedra!

Hablando de piedras con las que tropezar, lo fastidioso del asunto es que, en el concreto caso que nos ocupa, se trata más bien de piedras un tanto vulgares, de esas que carecen de toda gracia y encanto, por más que hagan tanto daño como las de diseño más elaborado... Nada que ver con la piedra en la que nosotros confiamos: la piedra que los arquitectos desecharon, que es la que ha venido a ser la Piedra Angular sobre la que por voluntad del Padre se ha edificado la inquebrantable fortaleza de la Iglesia. Sobre la que no prevalecerán las Puertas del Infierno, porque la Gloria y la Victoria son solo patrimonio del Señor nuestro Dios. IHS

lunes, 13 de enero de 2014

DE JESÚS CALVO, ZEROLO, LA ENFERMEDAD Y DIOS

A TODO EL QUE LE GUSTE LO QUE LEYERE, QUE LO DIVULGARA A TRAVÉS DE CUALQUIER MEDIO DISPONIBLE YO LE PIDIERE. ¡DIFUSIÓN ES PODER!

¡Bien por el Obispado de León. Hay barbaridades de las que hay que distanciarse con más premura que de otras. Precisamente porque todavía hoy muchos las asocian a la Iglesia de Cristo, que, gracias a Dios, ha desechado definitivamente esa clase de hediondas concepciones que antaño se tenían acerca de ciertas realidades. En este caso la enfemedad. Que según la vergüenza ambulante esa de sacerdote cavernario que es Jesús Calvo, ha recaído en la forma de cáncer sobre el conocido político socialista del lobby gay, Pedro Zerolo. A quien no aprecio ni lo más mínimo. Lo que no me impide desear sinceramente su recuperación y el restablecimiento pleno de su salud. Respecto de los cuales Jesús Calvo ha dicho que le importan un comino, poco más o menos. No sé si ese hombre es un hipócrita o solamente un palurdo. Puede que sea a un tiempo ambas cosas. Desde luego, ni él (y ni siquiera el mismísimo Santo Padre) tienen autoridad para tratar a ningún hombre como si ya no tuviera esperanzas de alcanzar la Salvación. La Iglesia puede afirmar el Cielo a través de la canonización, pero no puede dictaminar el Infierno a nadie. ¿Judas Iscariote? Según parece, a éste se lo garantizó el propio Cristo, que, como es lógico, tiene potestad para hacer su santa voluntad en esa y en todas las cosas.

Sinceramente, la idea de que la enfermedad sea castigo divino por nuestros pecados, y más a estas alturas, se me antoja francamente ridícula. La Verdad no cambia con los tiempos, pero los tiempos si cambian, y a veces conforme lo hacen y se experimentan ciertos avances en determinadas materias se facilita alcanzar el conocimiento de ciertos aspectos de la Verdad inmutable que antes no era posible ni siquiera vislumbrar aunque solo fuese con una luz tenue. Evidentemente, Dios es omnipotente, y puede hacer lo que le plazca. Pero, si la enfermedad es castigo de Dios, ¿cómo es que también los santos que gozan de su compañía pueden morir de enfermedad?


Dios, sin duda alguna, podría contradecirse si así lo quisiera, o romper sus compromisos. Pero, si la Revelación nos enseña algo es que Dios siempre es fiel a sí mismo, y no hay razón para pensar que vaya dejar de serlo. El estilo de Dios no es, hasta donde sabemos, jugar constante y caprichosamente con la Naturaleza, sino dejarla funcionar tal como Él mismo estableció que funcionase desde el principio. Generalmente, cuando Dios interviene en el normal desarrollo de los procesos naturales, lo hace para premiar, no para castigar. Jesucristo sanó a los buenos. Sin duda. podía haber ido por ahí enfermando de SIDA y de Gripe A y de "mal de las vacas locas" a los impíos, pero algo debe de sugerirnos el hecho de que no lo hiciera.

Por cierto, que solemos olvidar que Jesús era hombre. A ese respecto es importante tener en cuenta que la misma Biblia no entra a decirnos si Jesús enfermó alguna vez o no. Yo, desde luego, lo tengo claro: Jesús seguirá siendo para mi la Encarnación del único Dios con independencia de que alguna vez se pillase o no un constipado.

Conozco el tenor literal del relato que el Génesis hace de la Creación y de la Caída de Adán. Sé que durante siglos se ha creído (a falta de datos que contradijeran esa versión) que en un origen el hombre gozaba de la inmortalidad y de una vida beatífica y perfectamente feliz en el Jardín del Edén. Sé que se pensaba (y en círculos ultramontanos aún se piensa) que entonces no había enfermedad. Y lo cierto es que no creo ninguna de esas cosas. Y no creo que eso hoy en día signifique nada en términos de catolicidad. Yo no le niego catolicidad a quien si crea literalmente esas cosas, pero a la vez le advierto que su catolicidad es más bien endeble, si se tambalea en el momento en el que lo hacen cualquiera de las palabras que se contienen en el Libro Santo.

Yo no desprecio el contenido de la Historia de la Creación y de la Caída del hombre que se contiene en la Biblia. Todo lo contrario, considero que es uno de los relatos más misteriosos y edificantes que figuran como parte integrante de la misma. Y, a su modo, uno de los más veraces. Pero hoy en día parece bastante claro, a tenor de las investigaciones científicas (que no siempre -y quizá ni siquiera la mayoría de las veces- corren a cargo de incrédulos), que desde que el hombre apareció sobre la Tierra la muerte y la enfermedad han estado presentes, tanto en él como ya incluso antes de él en el resto de los seres de la Naturaleza.

Así que hay motivos bastante más sólidos para entender la enfermedad como proceso natural que Dios, por razones que solo Él puede conocer (yo siempre he creído que debe de ser un medio pensado para probar la respuesta del hombre ante la adversidad y su capacidad para, ante eventos poco gratificantes, mantener su fidelidad a Dios), hace recaer por igual sobre justos e injustos (pues sobre ambos se alza el Sol y sobre ambos cae la lluvia indistintamente). Alguno puede considerar esto injusto, y podrá decir que, siendo la enfermedad mala, no tiene sentido que Dios la haga recaer sobre personas buenas. Por eso, cuando vean que todos enfermamos casi sin excepción, pensarán que todos somos malos. No diré yo si eso es o no verdad. Pero sí diré que esas personas son iguales a los paganos que hablan de ciertas vidas humanas considerándolas indignas de ser vividas por vivirse con enfermedad y sufrimiento. 


¡Mentira! La enfermedad es mala, pero en el enfermo no hay culpa moral alguna. Y Dios no nos hace mal alguno. Simplemente nos pone a prueba creando un mundo en el que existen obstáculos a la felicidad. Si no existiesen ni ésta ni la muerte, dicen que resultaría muy fácil creer en un Dios que nos tratara tan bien. No estoy seguro de eso. Pienso que más bien sería al contrario. La grandeza de Dios se muestra mejor no tanto cuando se vive feliz y en paz como cuando se superan grandes turbulencias y adversidades. Si la vida fuera fácil, seguramente nos olvidaríamos de Él. No en vano, es el Occidente opulento el que con más facilidad se ha olvidado de toda idea de trascendencia. Gracias a la labor de personas como Pedro Zerolo, sin duda. Lo que no quita que, si Dios tiene que castigarlo, seguramente lo dejará para la otra vida antes que para ésta. IHS

martes, 7 de enero de 2014

¿QUÉ HE HECHO YO PARA MERECER LEER ESTO?

A TODO EL QUE LE GUSTE LO QUE LEYERE, QUE LO DIVULGARA A TRAVÉS DE CUALQUIER MEDIO DISPONIBLE YO LE PIDIERE. ¡DIFUSIÓN ES PODER!

He leído un comentario, en el transcurso de un debate bronco que he mantenido sobre el aborto con unos cuantos palurdos, que me ha parecido profundamente idiota (rara vez cabe esperar nada de mayor altura procedente de quienes defienden el exterminio de la vida humana). Es de esos que hacen que uno se pregunte algo así como "¿Qué he hecho yo para merecer leer esto?":

Y cuando es la naturaleza la que detiene un embarazo deseado, a quien reclamamos, contra que lanzamos nuestra ira por no haberle dado esa oportunidad? Un embarazo, es solo un comienzo de algo que puede ser o no, porque la vida es vivir en plenitud y no con malformaciones congenitas o en un entorno hostil.


Y mi respuesta. Espero que les guste y que les convenza -no por satisfacer mi quizá exagerado ego, sino porque de la opinión que se tenga respecto de este asunto depende la salvación de vidas humanas inocentes que nadie debería creerse con derecho a segar-:

XXXX, date cuenta de lo poco inteligente que es el comentario que antes hiciste diciendo no se qué de que si un aborto se produce de manera natural a quién cuernos le reclamamos. Simplemente plantear algo como eso es una tontería como una catedral de grande.

Si no sabes distinguir la diferencia que existe entre un mal causado accidentalmente por la Naturaleza y otro causado voluntariamente por la mano del hombre, tienes un gravísimo problema, no tanto moral -que también- como mental. A nadie se le ocurriría demandar a un tornado por destruir un pueblo y matar a decenas de personas (todo lo que podemos hacer es prevenir limitadamente sus efectos devastadores). Pero a nadie se le ocurriría dejar de perseguir a un psicópata terrorista que liquidase a los vecinos de una aldea.

Lo mismo pasa con el aborto (normalmente, no consideraría necesario decir esto, pero en tu caso será mejor dárte el asunto bien masticadito y regurgitado). Un aborto natural no tiene responsable humano al que culpar. Sin embargo, si a tí se te ocurre abortar a un hijo tuyo (a no ser que sea por haber tú sufrido una violación, o por peligro para tu vida en caso de no abortarlo), deseo que seas detenida, procesada y encarcelada por homicidio (que, aunque esto no viene directamente al caso, yo creo que buenamente podría penarse con la cadena perpétua en régimen de trabajos forzados); dado que en ese caso habrás matado a un semejante al que buenamente (si no podías mantenerlo y si hubieras sido menos egoísta) podías haber dejado vivir para luego darlo en adopción.

Dices que no es vida, sino solo un comienzo de vida, que puede ser o que no. Y que la vida es vivir en plenitud, no con malformaciones congénitas ni en un entorno hostil. Lo primero no lo comparto. Es evidente que un cigoto no es como una simple piedra. El hecho de que su vida depende de su madre no lo convierte en materia inerte, ni tampoco en una mera prolongación de su madre. ¿Qué coño es eso de que puede ser o no ser? Si lo matas, claro está, no será nunca; mientras que si lo dejas desarrollarse tranquilamente quizá no llegue a ser un ser humano completo, pero jamás será cosa distinta de un hombre. ¿Alguna vez has oído hablar de un feto que se convierta en pollo o en pez? Pero incluso si este argumento no te convenciera, debiera convencerte el siguiente: "Ante la duda, VIDA". En cuanto a la chorrada que dices a continuación, no sé si te das cuenta de que los ya nacidos también pueden sufrir de malformaciones congénitas, o vivir en un entorno hostil. ¿Y qué hacemos? ¿Los eliminamos? ¿Te das cuenta de las consecuencias que tendría aceptar tu irracional punto de vista? ¡Cualquiera, alegando alguna de esas dos causas que has citado, podría ser privado de la vida, y la gente como tú aún pretendería estar haciéndole un favor! Me temo que gente de pensamiento tan burro como el tuyo eliminaría la pobreza deshaciéndose de los pobres.

PD1: Por cierto, en cuanto a la cuestión del aborto en caso de violación, no lo castigaría no porque crea que está bien (me parece un mal moral serio); pero entiendo que ante un hecho como ese una mujer pueda no atender a razones y quiera castigar al que no merece que se lo castigue (por la violación se debe castigar al violador, no al hijo del violador, que no hereda la culpa de su padres). Sobre todo, creo que el hecho de haber sido violada ya es demasiado castigo que le inflige a una persona la vida como para encima añadir otro de índole penal. En cuanto al aborto en caso de peligro para la vida de la madre, veo claro que a una madre no se le debe forzar a sacrificar su vida por la de su hijo, porque los bienes en juego valen exactamente lo mismo (Vida Humana = Vida Humana).

PD2: XXXX, no dudo de que mis palabras te parecerán insultantes. Pero ten presente que aquí la única que te insulta eres tú misma dejando clara constancia de la falta de criterio con la que hablas de temas en relación a los cuales es evidente que no sabes razonar. Igual que eres tú la que se insulta escribiendo tan incorrectamente como lo haces.