sábado, 22 de febrero de 2014

MOECHUS CALVUS (EL ADÚLTERO CALVO)




Llevo tiempo creyendo que Alejo Vidal Quadras es de lo peorcillo de la política española (leer al respecto http://lascronicassertorianas.blogspot.com.es/2013/05/los-peperos-mas-amigos-podrian-ser-los.html). Es un profesional del engaño. Enumeremos algunas de sus más célebres exhibiciones de ruindad política:

-Dice estar a favor de la democracia interna dentro de los partidos. Hasta el punto de albergar la pretensión de imponérsela a punta de pistola a todos ellos. Sin embargo, durante toda su vida política dentro del PP (partido al que ha pertenecido 30 años) se ha beneficiado de la elección a dedo, no concurriendo nunca a unas primarias (ahora se supone que por primera vez se va a presentar a unas para ser elegido candidato de VOX a las elecciones europeas). A mi, que soy decididamente contrario a las primarias intrapartitas obligatorias, esto no me importaría si hubiera entonado un mea culpa por su vergonzoso pasado político (que es fácil comprobar que contradice radicalmente las ideas que el ex-líder del PP catalán dice profesar ahora). Pero el caso es que a día de hoy nunca le he oído ni leído pedir perdón por haberse beneficiado del sistema que ahora critica. Lo que, inevitablemente, lleva a pensar que actúa y habla ahora como lo hace por puro oportunismo y deseo de salvar su poltrona.

-Dice estar a favor de la vida y contra el aborto. De hecho, sostiene que la política abortista del PP ha contribuído a separarlo del que fue su partido. Lo que no le ha impedido votar alguna que otra vez en el Parlamento Europeo a favor de propuestas del corte más puramente abortista imaginable obedeciendo la "disciplina de voto" (incluso en un asunto como éste que no olvidemos que se cobra vidas humanas). De ahí que la opción de VOX a la que ahora él casi seguro va a representar no pueda ser una opción válida para un español provida católico. Ni siquiera en nombre de la teoría del mal menor. Teoría que solo es válida en la medida en que el que la aplica pueda exhibir logros tangibles, aunque no voy a detenerme sobre ese particular.

-Dice estar a favor de suprimir las autonomías para así preservar la integridad nacional de España (que es el punto estrella del programa de VOX). Ahora bien, eso no le ha impedido proponer recientemente una alianza "regeneracionista" con UPyD y Ciudadanos, que son partidos que no discuten las nefastas CCAA. Peor aún, Alejo anda por ahí pidiendo públicamente una coalición con esos partidos, y eso equivale a propinarle una fuerte patada en el hígado -por decirlo muy finamente- a la gran mayoría de los potenciales electores de VOX, a quienes el nuevo partido no debería andar seduciendo con promesas de poner fin al sistema autonómico si lo que luego va a hacer es unir fuerzas con los partidarios de seguir casi como estamos (caso de Ciudadanos, que propone seguir con el Estado autonómico limitando el poder de las autonomías sobre la Sanidad y la Educación) o de evolucionar a peor (caso de UPyD, que propone un Estado federal al estilo de EEUU).


En definitiva, que Vidal Quadras es un personaje político que no contribuye a que los electores católicos y patriotas que deseamos cambios profundos en España confiemos en el partido por el que piensa presentarse a las europeas. ¡Y ojalá todo el problema se centrara en la discutible persona del ex-presidente del PP catalán! Por desgracia, ahí no se agotan las objeciones que un elector católico como yo le hace a la nueva formación política. En VOX no confío -aparte de por fichar a figuras públicas como la de Vidal Quadras- porque en el mes que lleva activa ha demostrado que en muchos terrenos piensa seguir los pasos del PP.

Igual que el PP, VOX pretende dar a entender que se opone al aborto y que pretende invertir la política de ingeniería social de Zapatero; e igual que el PP sus promesas ambiguas al respecto calan entre muchas personas (pese a que no aclaran lo que de verdad harían si accedieran al poder). VOX adopta la estrategia de la ambigüedad cuando no la de la callada por respuesta. Dicen cosas que pueden interpretarse de un modo o del modo exactamente contrario, y rezan para que a los que creen en su proyecto eso les parezca suficiente y no les pidan declaraciones más contundentes. ¿Por qué? Porque de esa manera siempre podrán traicionar su confianza el día de mañana y tener aún el rostro de decirles que es que ellos nunca habían propuesto lo que otros habían creído que proponían, sino que son los electores los que se habían confundido. ¡Mentirosos!

Aparte de la antedicha, hacen uso de otras estrategias. Como aquella de la que se ha servido en esta ocasión el nefasto Alejo: la de la letra pequeña. Con letra grande habla de la recentralización. Pero con la boca chica y en letra pequeña figura la posibilidad de hacer realidad los sueños más húmedos de los separatistas vascos y catalanes. ¡Nada más y nada menos que una confederación! Rígida sumisión a Madrid para todas las regiones de España y cuasi-independencia para Cataluña y las Vascongadas.


Para que los que lean este enlace (http://www.economiadigital.es/es/notices/2014/02/vidal-quadras_o_recentralizacion_del_estado_o_confederacion_solo_para_pais_vasco_y_catalunya_51076.php) se den cuenta de lo que significa a efectos prácticos la "solución alternativa" a la oficial de VOX que propone Vidal Quadras, les diré que una confederación se basa en la idea de que, dentro de la confederación, la soberanía corresponde exclusivamente a los pueblos de los territorios (sin participación ninguna del pueblo de la confederación en su conjunto), y que éstos son iguales unos a otros. Por eso, en el marco de una confederación organizada democráticamente, la asamblea representativa de la confederación suele ser unicameral (solo hay una cámara legislativa), teniendo los miembros de la confederación la misma representación unos y otros (pues para determinar esta no se toma en cuenta la población de cada Estado). Es verdad que cabe organizar las cosas de otra manera, pero el que yo describo es el modelo ideal (aplicado en EEUU antes de aprobarse la Constitución de 1787, y por la Confederación durante la Guerra Civil yanki).

En conclusión, que si en España nos volviéramos locos y decidiéramos crear esa confederación de tres de la que habla el habitual de las tertulias de Intereconomía, tranquilamente podríamos meternos un tiro, dado que Cataluña y las Vascongadas conseguirían lo que de verdad quieren los secesionistas de esos territorios, que no creo que sea de veras la total independencia, sino la consagración por todo lo alto en términos político-jurídicos (esto es, a nivel constitucional) de su hegemonía absoluta y de sus privilegios sobre el resto de las regiones de España. No exagero: si los planes del perverso Alejo se llevaran a término, entre ambas regiones reunirían los dos tercios de los votos del Congreso de esa hipotética confederación (Vascongadas y Cataluña) contra uno (que sería el tercio correspondiente al resto de regiones que actualmente componen España).

A mi, en cierto sentido, Alejo Vidal Quadras me recuerda (salvando la sideral distancia que los separa) al celebérrimo Cayo Julio César. No por sus grandes dotes como estratega político, caudillo militar, escritor de éxito ni orador. Huelga decir que a Alejo Vidal Quadras no le adornan ninguna de esas notables cualidades. Si me recuerda a Julio César es porque ambos merecen incuestionablemente el apelativo burlón -aunque también cariñoso en relación al romano- con el que la soldadesca de César se refería al general que los condujo en Alesia, Farsalia, Tapso, Alejandría, Ponto o Munda: moechus calvus ("el adúltero calvo"). Y es que, allí donde César -irresistible donjuán, según las crónicas- "traicionaba" la confianza de sus esposas con malas mujeres como Cleopatra (las comillas obedecen a que seguramente sus esposas ya lo sabían y a que es igual de probable que les diera igual); don Alejo Vidal Quadras a lo que le pone un par de cuernos tras otro (obsérvese que en esta ocasión la expresión no va entrecomillada) es a los principios con los que dice estar comprometido y que comparten sus ilusos votantes. 

A ellos les digo que del sujeto presumiblemente innoble al que va dedicada esta entrada me temo que no deben esperar más que actuaciones siempre regidas por lo que ese "adúltero calvo" estime en cada momento que es la mejor forma de seguir cobrando un sueldo a costa del contribuyente catalán, español y europeo. He dicho. ¡Dios nos asista! Por lo menos ahí tenemos partidos como Alternativa Española (AES), a los que con muchas menos dudas morales pueden votar tranquilos los creyentes en la Iglesia de Jesucristo. IHS

No hay comentarios:

Publicar un comentario