martes, 27 de mayo de 2014

¿PODEMOS PROTEGER LA VIDA? ¡ANDA YA!

“La Sanidad, la educación y la atención a los dependientes y la protección de la vida en el planeta deben ser sacrificados en el altar de los mercados.”
 

Eso dice María Teresa Rodríguez-Rubio, profesora de educación secundaria de Rota (provincia de Cádiz) elegida el pasado domingo como eurodiputada por la lista de PODEMOS, la formación política de corte ideológico BOL(UDO)chevique que tanto éxito cosechó en las elecciones europeas del día 25. Huelga añadir que me alegra muchísimo que tamaño elemento no haya puesto sus sucias zarpas antieducativas encima mía en los tiempos no tan lejanos en los que yo cursaba la ESO.

¡Cuánta demagogia barata indigna de un parvulario que me he debido de ahorrar...! Estos individuos olvidan que si los mercados andan dando tanto el coñazo con las cuestiones de los recortes eso se debe en una muy buena parte a que comercian con una China que gobiernan sus parientes ideológicos. A los que no les cae encima una sola condena en el programa de la formación política por la que salió elegida esa gaditana de la que me temo que demasiados habitantes de su provincia estarán hasta orgullosos (y quien lo dude, que lea esto: http://www.podemos.info/sites/default/files/Programa%20Podemos%20def%202.pdf).

No les cae ninguna condena inapelable del nuevo juez supremo de la moralidad pública vitoreado por el frentepopulismo español. Condena que sin embargo sí que cae sobre Israel, precisamente porque comete incontables "violaciones de los derechos humanos" (que parece ser que los palestinos que se volaban en autobuses llenos de mujeres y niños durante la Segunda Intifada no cometían). Pese a que llevan más de sesenta años administrando su enorme nación como un enorme campamento de esclavos demasiado bien organizado -según parece- como para que nuestros empresarios patrios puedan soñar ni por un segundo en competir con quienes lo explotan dando al mismo tiempo un trato adecuado a sus propios trabajadores.

Lo que parece no importarle a nuestro MiniHugo (que, pese a su rápido crecimiento, todavía no se ha ganado el derecho a que se lo compare con el, pese a sus tropelías constantes, gran Chávez venezolano). Que no solicita que se le impongan sanciones a China ni que se interrumpa el tráfico comercial con ella. Aunque luego marca distancias con China afirmando que lo que allí se practica es capitalismo en plan ultra (lo que debería anirmarle a solicitar sanciones contra la misma, dado que, aceptando lo que dice, serían sanciones impuestas a un cruel Estado capitalista que se las habría ganado a pulso). Vamos, que intenta arrojar el balón de una patada al otro campo, y desentenderse. ¡Hijo de su madre!

En fin, dejemos de lado ese asunto y vayamos al lío. Escribo este artículo porque no puede dejar de suscitarme extrañeza la mención que la flamante europarlamentaria BOL(UDO)chevique hace a la atención a los dependientes y a la protección de la vida en el planeta. Aunque solo sea porque pertenece a una formación política a la que es un hecho que le importa un huevo la protección de la vida de los seres humanos por nacer y de los que están muy enfermos o muy mayores, esto es, de los más dependientes de todos (a los que me temo que bajo sus leyes sería posible ordenar eutanasiarlos simplemente para que sus familias o los poderes públicos se quitaran de problemas). A todos los citados es un hecho que no vacilarían en sacrificarlos, llegado el momento. En parte ya lo hacen, aunque esto es culpa de otros más que de ellos. Al fin y al cabo, no hay prácticamente cosa mala ninguna en este mundo que nos pueda traer el club de amigotes y compañeros de actividades recreativas de Pablo Iglesias Turrión de Suchard en la que no se le hayan adelantado -a veces solo hasta cierto punto, pero a veces prácticamente por completo- el PPSOE que nos gobierna.

Dejando de lado a nasciturus, ancianos y enfermos, es un hecho que tampoco parece que les importe nada a los de PODEMOS la vida de las personas que han muerto en el pasado a manos de sus hermanos ideológicos marxistas por medio planeta; ni la de los que aún hoy mueren en Corea del Norte por no llorar lo suficiente al Querido Líder; ni la de los cubanos que mueren en un mar plagado de tiburones intentando alcanzar la costa del "infierno" estadounidense; ni la de los venezolanos que mueren a causa de una violencia política de la que puedo aceptar que me digan que el Gobierno no es único culpable, pero de la que cierta culpa como mínimo tiene Maduro (cuyos animalitos no parecen haberle susurrado todavía al oído una solución a la cuestión); ni la de los colombianos asesinados por no querer servir al puerco interés de la narcoguerrilla de las FARC; ni la de mil españoles asesinados por ETA y a los que el filoterrorista Pablo Iglesias escupe en la cara cuando se dedica a hacer como lo hace un nauseabundo 69 político con sus amigos de Bildu.

Y la despreocupación de PODEMOS -compartida con casi todas las demás formaciones políticas- por la protección de la vida de muchos seres humanos que, por la razón que sea, a ese partido le parecen indignos de que sacrosanto derecho a ser y existir sea tomado en consideración no la cambia ni deja de ser condenable en un sentido ético simplemente porque para las matanzas que protagoniza o para las que aplaude no se utilice el altar de los mercados. Punto este en particular que a mí tampoco me queda nada claro. No me sorprendería que, pese al estatismo radical y al totalitarismo libertoclasta del que hace gala PODEMOS (que, con carácter general, podemos imaginar lo extremadamente lesivo que resultaría para los negocios), una España gobernada por la misma siguiera permitiendo que las clínicas abortistas hicieran su agosto los doce meses del año a costa de la sangre de los más inocentes e indefensos de todos nuestros congéneres. Y es un hecho que sus amigos de las FARC comercializan la droga a lo grande, lo que les proporciona pingües beneficios.

No puedo evitar que mi pensamiento se detenga especialmente en esos congéneres nuestros que, pese al abandono total al que se los somete, son los nasciturus. Que me imagino que, si pudieran hablar, preguntarían: "¿PODEMOS beneficiarnos de vuestra misericordia? ¡Os lo suplicamos! ¡Proteged nuestra vida al menos lo mismo que la de un animalito del que nadie salvo vosotros ha oído hablar!" Consuelo para mí es el de estar seguro de que, si bien los hombres de corazón endurecido que se han enseñoreado de nuestras sociedades difícilmente los tendrán en cuenta, Dios nuestro Padre atenderá debidamente a sus necesidades y a las circunstancias que impiden a tantos millones nacer. Y que tendrá reservado un destino útil, justo y feliz a estas inocentes víctimas de la maldad humana y de la acción directa del Maligno en el mundo (que es padre y autor último de los males que nos flagelaron en el pasado -como el de la esclavitud- tanto como de los que llenan de horror el tiempo presente -como este que cito del aborto y la guerra en general a la unión entre hombre y mujer y a los frutos resultantes de la misma-). Desde el cual no me sorprendería que a veces contribuyan a la conversión y al necesario arrepentimiento de las personas -especialmente de los padres- por cuya voluntad fueron descartados y seleccionados para que se les quitara la vida en esos modernos montes Taigeto que son nuestras clínicas abortistas. IHS

PD: espero que los lectores entiendan el conato de juego de palabras en que consiste el título. No expresa duda en torno a las posibilidades de proteger la vida, sino que manifiesta nula esperanza en que sea PODEMOS quien haga semejante cosa.

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