martes, 15 de octubre de 2013

LA CATOLICIDAD ES INCOMPATIBLE CON LA LIBERTOLATRÍA ANARCOCAPITALISTA

A TODO EL QUE LE GUSTE LO QUE LEYERE, QUE LO DIVULGARA A TRAVÉS DE CUALQUIER MEDIO DISPONIBLE YO LE PIDIERE. ¡DIFUSIÓN ES PODER!
 
Precisamente estaba yo hoy pensando en ejemplos de libertolatría (o adoración de la libertad cual si fuera un ídolo pagano de antaño), y el que me acaba de dar Rand Paul me ha venido al dedo. Aquí tenemos a Rand Paul, el senador por Kentucky e hijo/mini-yo de su padre (al que no le niego cierto talento, porque en EEUU, a diferencia de lo que pasa en España, no se vive del apellido, aunque abra puertas), que no es otro que el celebérrimo ex-representante por Texas y precandidato presidencial republicano Ron Paul (llamativo que ambos, padre e hijo, son de Pittsburgh, Pennsylvannia -aunque en EEUU es llamativamente común el fenómeno del político que sirve en lugar distinto de aquel en el que ha nacido o se ha criado-).
 
¿De qué acuso yo a este caballerete libertario? Pues su culpa es la siguiente. Va y suelta su típico discurso libertario según el cual el Gobierno cercena las libertades alegando que así defiende bienes superiores. Y acto seguido da a entender que eso no tiene sentido porque la Libertad es el bien superior.

Pues este es un perfecto ejemplo de libertolatría, que es en lo que inevitablemente tenía que degenerar el libertarianismo de raíz protestante y neopagana de los EEUU. Yo, que soy también libertario (en el sentido de que creo en la preservación del máximo margen que sea posible en cada momento de libertad individual), me veo obligado en tanto que cristiano católico e hijo de la Iglesia a rechazar de plano las ideas erradas que se contienen en este planteamiento. Porque no es la Libertad el bien superior desde un punto de vista ni personal ni social. Tampoco lo es la Vida. Mucho menos la Felicidad o su persecución (cito estos tres porque son los derechos inalienables a que se hace referencia en la Declaración de Independencia de los EEUU). No. Lo cierto es que el bien superior en el seno de toda comunidad humana es la Justicia.

Es por Justicia que un hombre puede ver su vida segada a manos tanto del Estado como de particulares en determinadas circunstancias, así como ser privado de su libertad, o despojado de su propiedad. No creo que fuera diferente en unos EEUU en los que Rand Paul y el Tea Party controlasen los tres poderes. Al final de lo que se trata no es de rendir culto a la Libertad. Ésta no debe ser ni sobrevalorada ni infravalorada, sino valorada en su justa medida.

Está claro que vivimos días de estatismo feroz. Es normal por tanto que muchos se arrimen a los que en apariencia proponen todo lo contrario, esperanzado en que un cambio tan brusco del timón sea la mejor manera de alejarse lo antes posible del mal de que se huye. Pero la respuesta al totalitarismo o a los abusos de menor cuantía de la autoridad estatal que hoy experimentamos en las partitocracias europeas no es ni será jamás un disparate tan grande como el que representa el anarcocapitalismo. La respuesta a los abusos de la autoridad no está en la destrucción de la autoridad, sino en el control de la autoridad. La respuesta al "todo del Estado" no es "nada del Estado", sino "nada del Estado a no ser que sea estrictamente necesario (como lo es, por ejemplo, para la guerra)". Sobre todo, la estima por la Libertad no debería hacernos perder de vista que si ésta es importante es porque nos hace responsables. Y porque somos responsables, podemos ser justos o injustos. Pero ya ven: aunque la Libertad sea presupuesto de la Justicia, no es superior a ésta, sino que se le somete. En tanto que los usos de la Libertad que no entren en conflicto con ésta en un grado intolerable no se deberán de impedir; mientras que los que si lo hagan deberán cercenarse de raíz.

Sin duda, es mejor Rand Paul que Obama, y no dudaría un segundo si tuviera que optar entre ambos en una elección presidencial estadounidense. Pero la charlatanería del actual inquilino de la Casa Blanca no quita la de un señor que está muy lejos no ya del ideal católico, sino simplemente de los bienes realistas que razonablemente podríamos esperar que defendiera cualquier ser humano decente de los tiempos que corren. Un hombre que defiende las simplezas en las que creen Ron y Rand Paul no debería ser considerado un modelo político a seguir para ninguna persona católica que se precie de su religión. En los Evangelios, Jesús no nos dice: "Buscad el Reino de Dios y la Libertad, y todo lo demás se os dará por añadirura." Cristo lo que dice es: "Buscad el Reino de Dios y su Justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura." Ya sé que también Jesús dijo aquello de que "la Verdad os hará libres". Pero es que precisamente es la Verdad cristiana la que yo trato de acercar en la medida de mis humildes posibilidades a los que lean el presente comentario. He dicho. Que Dios bendiga a todos los que lean la presente entrada. IHS

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