miércoles, 12 de marzo de 2014

RELACIONES INTERNACIONALES

A TODO EL QUE LE GUSTE LO QUE LEYERE, QUE LO DIVULGARA A TRAVÉS DE CUALQUIER MEDIO DISPONIBLE YO LE PIDIERE. ¡DIFUSIÓN ES PODER!

Con estas declaraciones se descuelga ahora Ron Paul:

http://actualidad.rt.com/actualidad/view/122150-eeuu-deberia-quedarse-fuera-conflicto-ucrania

No creo que lo que está haciendo EEUU sea lo más conveniente ni para ella misma ni para el mundo. Pero lo que sostiene el celebérrimo Representante por Texas no es ni más ni menos que una majadería. Éste no es un mundo ideal de yuppie como aquel en el que el honorable señor que da razón de ser a este artículo (a quien no le niego profunda coherencia con las ideas libertólatras que ha defendido siempre) vive permanentemente instalado.

Vivimos en el mundo real. Y las relaciones internacionales no se mantienen por puro amor al arte, sino con la perspectiva de que el hecho de mantenerlas y de tejer redes de alianzas con otros Estados contribuya a acrecentar el poderío de la nación a la que se representa en el mundo y, por consiguiente, disminuyan las posibilidades de que algún agente internacional externo la agreda o amenace su seguridad y sus intereses. La consecuencia de todo este círculo vicioso es que está claro que a todo país sensato y que vele por su propio bien (que para eso están nuestros gobernantes, para velar en primer lugar por nuestro bien, y ya luego por el del resto de la Humanidad) le interesa influir y dominar lo más que le sea posible a sus vecinos. Las relaciones de alianza en pie de igualdad son cosa que se debe mantener con los iguales. Si mi nación es más poderosa que otra aliada es razonable que influya en el aliado débil y no viceversa. Cuestión distinta es la forma en que ha de hacerse sentir esa influencia, que de ejercerse a lo bruto bien puede traer pan para hoy y hambre para mañana.

No obstante, lo que a mi me interesa no es perderme en la idea anterior, que bien merecería un mayor desarrollo. Mi propósito al escribir este estado es dejar constancia de hasta qué punto los únicos que pueden desear que un hombre como éste hubiese llegado a ser Presidente de los EEUU somos los que no tenemos la ciudadanía estadounidense (lo que me lleva a afirmar que si fuera estadounidense solo el hecho de tener en frente al suicida de Obama y al actual Partido Demócrata me llevaría a votar por este republicano tan alejado de lo que para mi representó el primer presidente de su partido: Abraham Lincoln). ¿Qué mejor para enemigos de EEUU tales como Corea del Norte, China, Irán, Venezuela o Cuba que beneficiarse de la decisión de su enemigo de dejar de influir en el mundo?


Seguro que a los enemigos de Roma les habría gustado que la Urbe hubiese adoptado una posición igual de esquizoide. Lamentablemente, si la romanización de toda la cuenca mediterránea no hubiese tenido lugar, esa habría sido una pérdida irreparable para un mundo occidental (y en verdad para todo el mundo) que o bien viviría en la barbarie, o bien habría caído bajo el impulso conquistador de otra cultura más poderosa, o bien habría formado una civilización autónoma..., pero que dudosamente habría aportado a la especie humana lo que le aportaron los dos milenios a lo largo de los cuales tuvo lugar la existencia continuada de la realidad política más esplendorosa que han visto los siglos. Realidad que solo pudo ser mejorada por lo mejor que ha existido jamás: la doctrina de la Verdad, cuya revelación a los hombres fue consumada por causa de Jesucristo y que a partir de entonces su Santa Iglesia ha procurado, mal que bien, dejar lo más esparcida que sea posible sobre toda la Tierra. IHS

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