martes, 11 de marzo de 2014

MENTECATEZ DEL ABORTISMO: ABORTO Y EYACULACIONES

A TODO EL QUE LE GUSTE LO QUE LEYERE, QUE LO DIVULGARA A TRAVÉS DE CUALQUIER MEDIO DISPONIBLE YO LE PIDIERE. ¡DIFUSIÓN ES PODER!

Si queréis saber de qué va el asunto, leed el tweet que os adjunto. Por supuesto, la niña -que se llama Marta Cañizares- es una lumbrera. La verdad es que, vista las lindezas que suelta, más vale que su novio -Dios quiera que no lo tenga- "mate" sus espermatozoides depositándolos en cualquier parte menos dentro de su vagina. ¡Al amparo de gente así un feto corre más peligro que en la sede central de una organización de rajadores profesionales de vientres de embarazadas! De todas maneras, yo a esta niña, por mucho que se llame Cañizares prefiero que no le den caña. Célibe a buen seguro que resultará mucho menos peligrosa. Por lo menos así ni pondrá en peligro la vida de ningún hijo suyo ni acabará con ella.

https://twitter.com/OvejaMartita/status/443353451490062337/photo/1

Desafortunadamente, el tweet que comparto procura dar a entender que igual que es una estupidez manifiesta creer que un espermatozoide es un ser vivo, también ha de serlo considerar persona a un feto. Una vez más, muchos paganos partidarios de la Cultura de la Muerte, cuando se muestran incapaces de atacar las posturas de la Iglesia y del movimiento provida aportando argumentos racionalmente válidos, recurren a la descalificación de sus ideas a cualquier precio. Incluso al precio de faltar a la Verdad.

¡Qué triste que haya quien pretende de alguna manera justificar el crimen nefasto y despreciable del aborto ligando a quienes estamos en su contra a las posturas idiotas acerca del asunto que denuncia el tweet que comparto! Mi más enérgica repulsa contra todo el que participe de tan reprobable artimaña, que por otra parte es digna tanto del escaso nivel intelectivo de la mayoría de las personas que creen esas simplezas como del elevado umbral de maldad que alcanzan quienes dirigen a la manejable e inculta mayoría antedicha con el fin de encaminarla por la senda que lleva a la consecución de objetivos que a muchos nos inspiran casi más compasión y más vergüenza ajena que asco. ¡Y mira que sus fines también nos asquean!

El último grito en materia de pseudorazonamientos chorras empleados para descalificar la defensa de la vida, que lleva en boga algún tiempo, es la postura en función de la cual se sostiene que si un aborto es homicidio también lo será una eyaculación. Sin duda alguna, hay quien lo utiliza en plan de cachondeo y sin creérselo; mas también hay quien le concede crédito, lo que es como para que nos planteemos si no se debería poner en marcha un Ministerio de Personas con Retraso Incurable. La tesis no podía ser más subnormal, y lamento verme en la obligación de expresarme de una manera tan clara y rotunda con motivo de la descalificación radical de que corresponde que haga objeto a la misma. Si bien es cierto que el onanismo es una práctica que la Iglesia considera pecaminosa, en orden a lo establecido en el Sexto Mandamiento, carece de base su homologación al aborto -que es el que de verdad atenta contra el Quinto Mandamiento-.

Un espermatozoide siempre será un espermatozoide. Yo nunca he visto que a los tíos se les hinchen los huevos hasta el punto de que a los nueve meses vayan al médico preocupados por sus crecientes dificultades de movilidad, les hagan una radiografía y les digan: Amigo, tienes dentro del paquete un bebé completamente desarrollado, así que tendremos que practicarte una "cesaria testicular". Dicho de otro modo, que si bien es obvio que los gametos masculino -espermatozoide- y femenino -óvulo- son precisos ambos dos para que, combinándolos, se forme un nuevo ser humano; éste no existe hasta el momento en que acontece la unión de los dos gametos.

Si aceptáramos el punto de vista imperdonablemente mentecato al que se adscriben los que utilizan ese argumento para rajar de la Iglesia y del movimiento provida, lo cierto es que deberíamos de considerar la menstruación femenina como un aborto natural. Y a nadie se le ocurriría sostener en serio ni por un segundo una hipótesis tan boba como esa. Aunque solo sea porque si se implantara un espermatozoide o un óvulo solitarios en el útero de la mujer, podríamos esperar toda la vida, que no sucedería nada de nada (al menos en términos de surgimiento y aparición de nueva vida humana).


Por contra, si lo que se implanta en dicha región del cuerpo femenino de manera natural -como debe ser- o artificial -cosa a la que soy contrario- es un cigoto comprobaremos cómo, si todo va bien, a los nueve meses más o menos nace un niño. ¿Es un milagro? ¿Es magia? En cierto modo, es ambas cosas, pero en el sentido en el que yo utilizo la palabra no es ninguna de las dos. Se trata de lo máximo. Se trata de la vida humana. Vida humana inocente, dado que todavía no es responsable de ningún bien, pero tampoco de ningún mal -aunque pueda haber surgido tanto de actos buenos como de actos malos-. Vida humana que, por tanto, todas las personas estamos llamadas a respetar. Vida humana que no pertenece ni al padre ni a la madre, ni a ningún otro integrante de nuestra especie, ni al viento (que, según José Luis Rodríguez Zapatero, está en posesión nada más y nada menos que de la Tierra). Vida humana que es del interesado, y que fuera de él no pertenece más que a Dios.

La pagana Cultura de la Muerte, muchos de cuyos emisarios son repelentes hasta la náusea y no dejan pasar un día sin anonadarnos con su rematada estupidez, no solo destruye físicamente a las más inocentes personitas que uno se puede echar a la cara. A la vista de lo expuesto, es un hecho que la Cultura de la Muerte también destruye la sensatez y la inteligencia de cualquier comunidad humana en cuyo seno se instale al malacostumbrarla a pensar de un modo que no merece ser referido de otra manera que como gilipollas en extremo. Es una pena que la sociedad en general se encuentre demasiado fuertemente narcotizada como para aspirar a retomar la senda de la cordura en un futuro inmediato.

Afortunadamente, la segunda de las virtudes teologales es la de la Esperanza, y por eso yo creo que en algún momento de la Historia (siempre y cuando no nos estemos acercando a su fin -cosa que no está en mano de nadie saber más que de Dios-) el péndulo volverá a oscilar en la dirección correcta, nuestro mundo despertará en Cristo Jesús y el mal que ahora parece prácticamente imposible sea derrotado será debidamente reparado, no teniendo más residencia en este mundo que las prisiones estatales en las que se encierre a los que lo cometan. Eso, lamentablemente, no devolverá la vida a los millones a los que la egoista forma de vida del mundo occidental apóstata en que nos ha tocado pasar nuestros días ha condenado a muerte. Pero siempre es un consuelo que el hecho de que una sociedad tropiece con una piedra sirva para que en el futuro la Humanidad no vuelva a tropezarse en ella... ¡Al menos durante un tiempo! Porque, para bien y para mal, nada en este mundo es para siempre. La única excepción a ese principio universal que rige sobre todas las cosas es la que afecta a Aquel que dijo "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán". IHS

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