viernes, 15 de mayo de 2015

APACIENTA A MIS CORDEROS

He aquí la noticia que me llevó en su día a redactar un artículo que se me había pasado publicar:



Si de verdad el Santo Padre ha hecho declaraciones como éstas, claro me queda que como Primer Pastor del rebaño de Cristo sobre la Tierra tiene mucho margen de mejora. En verdad, ahora que ha transcurrido un año y medio de pontificado de Francisco, no dudo de que nuestro Sumo Pontífice no ha aprendido todavía a confirmar en la fe a los hermanos, a los que a menudo genera unas dudas y unos quebraderos de cabeza que no les generaba su antecesor (que, por de pronto, se exponía mucho menos mediáticamente, y cuando lo hacía era evidente que se curraba mucho más sus declaraciones). Esta carencia de Francisco es seria, en la medida en que un Papa está ante todo para servir de guía al rebaño, y si no sabe hacerlo todos los bienes que pueda hacerle a la Iglesia de Cristo que encabeza de manera visible en este mundo no compensarán el mal que se deriva de esta circunstancia tan desafortunada.



Soy catequista, y el otro día una chiquilla comentó que en clase de religión le habían contado que el ángel Gabriel había dado un mensaje a un profeta llamado Mahoma, y que a partir de ese mensaje se escribió un libro sagrado. Evidentemente, se refería al Corán. A mí aquel comentario me llamó notablemente la atención. Por de pronto, porque no sé qué cuernos tienen en la cabeza los editores de libros de religión católica al introducir contenidos relativos a otras religiones en libros que se utilizan para impartir clase de esa asignatura. Lo único que se consigue con eso es generarles a los pobres chavales un cacao mental de primera magnitud. Cacao mental que no sirve más que para alimentar esa ignorancia religiosa a la que Benedicto XVI echaba con tanta sabiduría y más razón que un santo la culpa principal en lo que respecta al actual retroceso que en general está sufriendo el catolicismo en todas partes.



Fue para evitar que la chiquilla y el resto de los de mi curso de catequesis acaben albergando ideas confusas acerca del Islam (y crean erróneamente que el Corán tiene algo de sagrado o que Mahoma fue un profeta de Dios que charlaba en plan de colegui de toda la vida con su "brother" el arcángel Gabriel) que decidí dedicar unos minutos a hacer aclaraciones superficiales, pero a mi juicio suficientes y necesarias relativas a la naturaleza del Islam, de Mahoma y del Corán. Les expliqué brevemente:



-Que el Islam es una falsa religión que no tiene que ver prácticamente nada con el cristianismo y que lo niega (no lo complementa).



-Que Mahoma no fue profeta de nada, sino que fue un simple hombre. Peor aún, si fue algo fue un falso profeta que enseñó cosas contrarias a las que Jesús había enseñado. ¿Y por qué es un tipo tan relevante en la Historia del mundo? Pues porque los musulmanes lo consideran erróneamente el mayor de los profetas de Dios. En definitiva, que para un católico no hay motivo ninguno para creer que cruzara una sola palabra en toda su vida con el mismo arcángel Gabriel que anunció su próxima maternidad a la Virgen María.



-Que el Corán es una creación humana que no tiene absolutamente de sagrado desde la perspectiva de los cristianos (no se vayan a creer que es como una especie de "continuación" o "complemento" de la Biblia o algo así mis niños). Y que si contiene algún aporte procedente del mundo de lo sobrenatural, dicho aporte procede de Satanás, que no de Dios.



Eso fue, más o menos, lo que yo procuré explicarles a mis catecúmenos en palabras que ellos pudieran entender bien. El caso es que yo no sé de qué puede servir nada de lo que yo le diga a mis niños sobre este particular al transmitir la fe y la doctrina católicas si luego va el Papa y se refiere al Corán como un libro "profético" que habla de "paz". Decir semejante clase de cosas solo puede denotar o bien una peligrosa ignorancia de en qué consiste el Islam (que no es imposible en la medida en que el Santo Padre no tiene por qué saber apenas nada de otras religiones); o bien un calculado intento de llevarse bien con los musulmanes que a nadie puede sorprender en un Papa tan proclive a hacer siempre lo que políticamente se considera correcto y luce bien delante de las cámaras de televisión. Yo no creo que Francisco ignore de que pasta está hecha la religión musulmana, así que me inclino por la segunda opción. ¿Algo diferente de lo que han hecho tantísimos de sus antecesores desde hace incontables siglos? En esencia, no.



Desgraciadamente, la Iglesia lleva siglos siendo políticamente correcta (a veces hasta la náusea), y ese ha sido en el pasado y sigue siendo en el presente uno de sus mayores lastres. Ahora bien, históricamente la Iglesia ha contemporizado con el poder, pero no a costa de confundir su propia doctrina (con la que, sobre el papel, estaban comprometido el poder político al que la Iglesia retribuía con su apoyo), ni de generar duda alguna acerca de la condición que se autoatribuye de única religión verdadera entre las que existen en el mundo, ni de dejar abandonados a los hijos fieles que soportan persecución en lugares del mundo en los que la sociedad no ha sido iluminada por la luz contenida en el Evangelio (de hecho, en el caso de las sociedades musulmanas hablamos de sociedades que han sido "vacunadas" a fin de hacerse lo más impermeables que sea posible a la propagación del Evangelio).



Mira que Francisco condena expresamente la persecución de los cristianos en Oriente Próximo y solicita que se haga algo para parar esto. Pero de nada vale tan valerosa petición si en la misma frase se nos oculta -peor aún, se nos niega- la raíz del mal que soportan los cristianos que no se someten al terror impuesto por los musulmanes. Y eso hace Francisco cuando afirma del Corán lo que no es en absoluto. ¿Sabe ahora más Francisco del Islam que Mahoma? Dice que lo que hace el Estado Islámico no es Islam (aunque quizá Francisco, como buen jesuíta, juegue con los conceptos; y en ese sentido es verdad que si Islam significa "sumisión a Dios", lo que practican, no los más afectos a la yihad, sino todos los musulmanes y en todas partes, no podemos considerarlo Islam -ya que, por paradójico que pueda parecer, el verdadero Islam sería el catolicismo-).



Ahora bien, si atribuímos a estas palabras el significado que probablemente quiso darles Francisco (esto es, que la religión de los salvajes del Califato Islámico no es la que predicó Mahoma), llama la atención que existan tantísimos paralelismos entre la forma en que según las propias tradiciones islámicas vivió Mahoma y la forma en que proceden los seguidores del Califa Ibrahim. Y llama todavía más la atención la escasa semejanza entre el Islam del falso profeta y el que, según el Papa, es el auténtico Islam que deberían vivir los musulmanes. A los que entiendo que el Papa no debería invitarlos a vivir el Islam color de rosa que sugiere que de verdad predicó Mahoma, sino la verdadera religión de Dios de la que él es máximo representante terrenal, que fue la que nos enseñó el Maestro del que Francisco no es más que vicario: Jesucristo. Que de sí mismo dijo "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí". Afortunadamente, aunque el Vicario de Cristo podrá flaquear, e incluso hacer bobadas o cometer maldades manifiestas; nosotros los cristianos tenemos la garantía de que el Mesías nunca falla. Alabado sea por los siglos. IHS

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