domingo, 20 de agosto de 2017

GILIPOLLECES POST-ATENTADOS DE BARCELONA

[Antes de leer este artículo, échenle un vistazo a este vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=3QAekd5A1iI]

Y ahora, con los cadáveres de la masacre de Barcelona aún calientes, preparémonos para soportar una semana de gilipolleces y mensajes vacíos que no solo no apuntan a la realidad del problema, sino que encima lo encubren y disimulan sin ningún recato.

Se diga lo que se diga, la raíz del problema no es la pobreza ni tampoco las dificultades de los inmigrantes, ni las políticas de integración o ausencia de ellas. En el siglo XIX y durante buena parte del siglo XX han existido corrientes de inmigrantes absolutamente extraños a los valores del país de acogida y eso nunca ha dado lugar a la aparición de grupos terroristas de ninguna clase que amenazaran la seguridad nacional. No sé de bandas armadas de chinos ni de japoneses atentando en ningún lugar de EEUU ni de toda Hispanoamérica. No sé de vietnamitas, caribeños ni negros no musulmanes atentando en Francia ni Gran Bretaña.

Lo que debería preocuparnos es muy principalmente la religión de nuestros huéspedes, que es el factor que los distingue de todos los demás colectivos de inmigrantes. La poca gente sensata que queda no debe dejar de repetirlo, porque es la verdad: nuestro problema es el Mahometanismo criminal. Religión sanguinaria que otra vez ha sacrificado víctimas en el altar de su dios Alá. ¿No queremos terrorismo? Entonces tendremos que ver qué hacemos con el Islam, cuya implantación cada vez más sólida en Europa debe comenzar a abordarse como lo que es: la mayor amenaza que pesa sobre nuestra civilización y sobre los más básicos derechos y libertades que el mundo cristiano ha peleado durante siglos.

En lo que respecta al Islam en Europa solo hay dos caminos: o se modera y abandona para siempre el concepto de la yihad, o se extirpa de nuestro suelo. No creo que se lo pueda moderar, porque los sentimientos religiosos de la gente no se regulan por decretos de la autoridad gubernativa; y quien considera a Mahoma el más perfecto ejemplo de ser humano no va a censurar la yihad (que el susodicho practicó sin inhibición alguna hasta su muerte). Así pues, mucho me temo que con el Islam la única alternativa seria que nos queda es la de extirparlo, proscribir completamente su práctica, cerrar a cal y canto todas sus mezquitas y someter a rígido control la difusión de sus Coranes. Ya sea por un medio, o por otro.

Dejando todo esto de lado, me despido de los lectores animándoos a compartir conmigo esta oración para Dios nuestro Padre, el único que en estos momentos puede servir de verdadera ayuda y consuelo frente al torrente de maldad e idiocia combinadas que azota a nuestra sociedad: Que Adonay, único y verdadero Dios, acompañe ahora y para siempre a aquellos de entre nuestros muertos de Barcelona y el resto de ciudades agredidas por la barbarie mahometana que le parezcan dignos, y tenga tanta compasión como sea posible de todos los demás, agresores inclusive. Fortifícanos, oh Dios, a fin de que tu Amor prevalezca y no se precipite sobre nosotros el odio fanático y destructor de los musulmanes. Ayúdanos a discernir el camino más correcto para atajar esta grave amenaza sin excedernos ni quedarnos a medias. No permitas que en las manos impuras de este enemigo sediento de sangre quede depositado para siempre nuestro destino; y, si todavía es posible, salva de la ruina a la otrora gloriosa civilización de Occidente. Esto es lo que yo te pido en el nombre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro. Amén. IHS

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