lunes, 26 de mayo de 2014

LECCIONES DE LAS ELECCIONES EUROPEAS

Mucho me temo que en éstas elecciones ha habido más católicos que hayan votado por PODEMOS que católicos que hayan votado por las que eran las únicas alternativas plenamente compatibles con la defensa de los principios innegociables de la Iglesia Católica (SAIn, Impulso Social -por la que yo voté- y Falange Española). La verdad es que eso sería ya el colmo del ridículo. Huelga decir que el resultado de IS es extremadamente decepcionante. Hasta FE la ha superado en número de votos. Aunque tampoco es que eso sea como para andar lamentándose mucho. Total, qué más da el orden en el podio de la insignificancia. Las opciones compatibles con la doctrina católica siguen ocupando un lugar marginal en la vida política española.

Los resultados electorales en general son un desastre sin paliativos. Casi lo único bueno que ha traído la jornada es el probable fin de la carrera política de uno de los políticos españoles que más detesto: Alejo Vidal Quadras. Que se ha quedado por muy poco sin el escaño parlamentario para VOX. Sin embargo, incluso esto no es cosa que me agrade. Prefería que entrase VOX a que quedase fuera Vidal Quadras. Aunque no voté por VOX, mentiría si no reconociese que habría preferido un buen resultado de ésta a un buen resultado de PODEMOS o de Equo -e incluso a un buen resultado de UPyD o C's-. Esto es tanto más cierto en la medida en que el resultado que ha cosechado Impulso Social es extremadamente malo. Si Impulso Social hubiera obtenido un resultado digno de mención, eso sería otra cosa. Tendría sentido hacer conjeturas achacando la no obtención del eurodiputado por parte de VOX a su posicionamiento insuficientemente rotundo en temas clave para el electorado católico consecuente tales como el la defensa de la vida (y la correlativa persecución criminal del homicidio abortista) o el sucedáneo de matrimonio "homosexual".

No ha sido el caso. El resultado de las formaciones provida ha sido tan poca cosa que es difícil pretender que VOX ha cosechado su relativo fracaso por desatender a un importante sector del electorado más concienzudamente católico de lo que lo es VOX (que, por de pronto, ni siquiera es un partido explícitamente inspirado en principios religiosos católicos, aunque dé cobijo a muchos católicos sinceros en su interior-). No dudo de que muchos que votaron por micropartidos tales como el PFyV o por AES en las anteriores elecciones ahora han votado por Vox. Así que si Vox se ha quedado sin representación eso no se debe a que no ha sabido atraer el voto de valores católicos más radical. Se debe simplemente a que ese voto representa a una parte muy pequeña de la sociedad española.


A eso o a que tanto los votantes sinceramente adscritos a valores católicos como los votantes patriotas partidarios de poner coto al despiporre territorial en que está instalado nuestro país siguen mayormente preso del PP. No sería imposible que así fuese. La Conferencia Episcopal Española lleva mucho tiempo haciéndole campaña al partido en el Gobierno pese a que éste no solo no saca adelante políticas acordes al Evangelio, sino que colabora de manera cada vez más entusiasta con el ruinoso sendero de apostasía creciente por el que nuestra sociedad transita en dirección hacia la muerte física y espiritual.

El panorama político de nuestro país es el peor jamás visto desde los días de la II República. No es inexacto definirlo como frentepopulista. No se ha volcado nunca antes de esta manera en unas elecciones España con las formaciones políticas marxistas o herederas del marxismo. La hegemonía estatista es total en lo económico, como lo es la de las corrientes favorables a la apostasía en el terreno de lo moral. El remedo de pensamiento totalitario y liberticida que patrocinan las formaciones que han cosechado mayores éxitos en estas elecciones europeas es verdaderamente fuerte en este país. Y Pablo Iglesias Turrión ha sabido aprovecharse de ello como nadie. Como un buen sofista del siglo XXI que sabe decirle al pueblo exactamente lo que la fracción del mismo que le interesa quiere oir. Que es exactamente lo que creo que es. Me parece una persona demasiado inteligente como para creer honestamente en el atajo de monsergas en las que se desglosa su programa electoral.

Talento y dinamismo no se le pueden negar. En apenas unos meses ha amasado un 8% de los votos. Ha convertido a una nueva formación política en el cuarto partido más votado de España. Creo que vale la pena reseñar que en estas elecciones UPyD ha obtenido el mejor resultado electoral de toda su Historia, que se remonta a 2008. En seis años ha alcanzado un 6'5% de los votos. Pues bien, Pablo Iglesias no ha necesitado más que unas semanas y una única convocatoria electoral para obtener un porcentaje de voto que supera todo lo obtenido por UPyD en estos años (aunque también es verdad que si eso ha ocurrido es en parte porque UPyD y C's han concurrido separados; lo que ha sucedido a causa del egocentrismo de Rosa Díez -que no quería ni oir hablar de una unificación de los partidos bajo el mando de Albert Rivera, lo que demuestra que si bien ha sido la principal causa del crecimiento de UPyD, también explica su imposibilidad de ir más allá en su crecimiento de lo que ya ha ido-).


Y creo firmemente que ese incuestionable y enorme logro político se debe en gran medida al atractivo personal que posee el joven líder de PODEMOS, especialmente para las generaciones más jóvenes, que me imagino que serán las que con más fuerza se han decantado por él. Lo que tiene su buena razón de ser, dado que se trata de las generaciones crecidas al calor de la LOGSE y del desastre educativo en que se ha convertido la enseñanza tanto preuniversitaria como universitaria en España; compuestas en gran medida por jóvenes a los que les da pereza terminar de leer un libro, que leen libros como los que conforman la trilogía Crepúsculo y que apenas si saben leer, comprender lo que leen y escribir (carencia grave que convierte a demasiados, a efectos prácticos, en analfabetos funcionales).

Pablo Iglesias se ha comido a media IU, y a poco que le dejen me parece harto probable que se convierta en el líder indiscutido de una especie de movimiento chavista rosita-arcoiris a la española. Al fin y al cabo, medios como Periodista Digital afirman que lo financia Maduro, el actual presidente de Venezuela (si, ese que tiene probada facilidad para comunicarse con los pajaritos). El hecho de que la suma IU-PODEMOS haya obtenido unos resultados tan superiores a los de la suma UPyD-C's-VOX es como para reflexionar muy en serio acerca de qué es lo que ha fallado en la estrategia electoral de las formaciones que se supone que aspiran a la regeneración del sistema más que a una ruptura revolucionaria con el mismo. Algo no ha ido bien en el momento en el que el deseable hundimiento de los buques insignia de la repugnante partitocracia corrupta que gobierna España apenas es aprovechado por formaciones políticas "respetables". Me parece evidente que UPyD, C's y VOX -especialmente VOX- han desaprovechado la oportunidad de expandirse canalizando en su favor las ansias de cambio ordenado existentes en muchos centenares de miles de españoles.

Y es que es muy fácil olvidar que la principal vencedora de las presentes elecciones europeas ha sido la abstención. Que ha sido un poco menos elevada que en la última convocatoria, pero que ha abarcado a más de la mitad del electorado (razón por la cual en cualquier país democrático sensato se debería proceder a la invalidación de las elecciones y a la prórroga de los anteriores resultados, aunque solo sea para incentivar al pueblo a no incurrir en la dejación de funciones de la que la mayoría ha sido culpable en esta elección). Abstención que en parte ha venido motivada por el hartazgo con nuestra casta política, pero que en parte se debe a la intrascendencia de la convocatoria electoral de hoy. Dicho de otro modo, que en unas generales la participación habría sido mucho mayor, y que no es juicioso dar por hecho que los resultados de hoy serían los mismos que los que se darían en unas elecciones generales. Si bien tampoco sería responsable estar seguro de lo contrario.

Es bastante probable que los partidarios de formaciones como PODEMOS se hayan movilizado más que los de otras agrupaciones políticas en esta elección. Si así fuera, probablemente en unas generales muchos votantes potenciales de PP, PSOE, IU, UPyD, C's o incluso de VOX que hoy se han quedado en casa participarían, lo que aumentaría el peso de esos partidos y reduciría correlativamente el de PODEMOS, Equo y otras de esas formaciones. Y serviría para desmentir que España sea tan radicalmente pseudobolivariana como podrían hacernoslo creer los resultados electorales de hoy (y ojalá ese sea el caso).

Asimismo, es muy fácil concluir precipitadamente que VOX ha fracasado por no obtener representación en el Parlamento Europeo. Mas, dejando de lado que a mí me parece bueno para el futuro de VOX que Vidal Quadras pinte lo menos posible dentro del partido, no puede dejar de tenerse en cuenta que si perseveran es harto probable que obtengan su premio. En la provincia de Madrid la nueva formación política de corte liberal-conservador moderado y partidaria del unitarismo ha obtenido alrededor del 3'5% de los votos. Si las elecciones fueran generales, ese porcentaje de votos en la provincia de Madrid bastaría a VOX para enviar a un diputado de ese partido al Congreso de los Diputados.

De manera que el resultado cosechado por VOX no está tan mal. Si el sistema de reparto de los escaños fuera proporcional puro, habrían sacado el eurodiputado. El riesgo es que el electorado se les enfríe en el tiempo que resta hasta la celebración de las generales, o que dejen de estar de actualidad. Pero yo creo que si mantienen su presencia mediática en Intereconomía y en Libertad Digital, si incorporan a sus filas a pequeños grupúsculos como los que integran Impulso Social, si la Conferencia Episcopal echa un cable y deja de apoyar descaradamente al PP desde medios de su propiedad tales como la COPE o 13TV, y si VOX presenta candidatos un poco más estimulantes que Alejo Vidal Quadras (que era una de las principales razones por las que no he votado a VOX) es bastante factible que dentro de un año y medio VOX consiga un diputado nacional. Lo que no sirve para cambiar el mundo, ni tampoco España, pero compensaría con creces la decepción de hoy, y dotaría al partido de Camuñas, Abascal, Ortega Lara y Quirós de la visibilidad política de la que seguirá sin gozar después de estas europeas. Y, ¡qué leches! Sería un comienzo.

La lección que considero que corresponde sacar de estas elecciones europeas es la de que la radicalidad si vende. En ese sentido, se da la paradoja de que PODEMOS es todo un ejemplo para quienes defendemos la preservación de muchas de aquellas cosas que la gente como Pablo Iglesias (que tan bien ha sabido venderse como un tierno y dulce Turrión de Jijona, cuando lo cierto es que es un duro Turrión de Alicante al que más vale que España le meta un mordisco no sea que se le salten todos los dientes) querrían destruir.

El moderantismo abyecto y el vaciado de contenidos al que partidos como el PP han pretendido someter a la política no han servido para otra cosa que para desarmar del todo ideológicamente al sector de la sociedad española que antaño se identificaba como conservador y como partidario de los valores tradicionales de la familia, la patria y la religión católica. Sector que, si bien no podía decirse haya destacado nunca por la originalidad de sus ideas políticas, es un hecho que lleva desde los años sesenta en adelante permitiendo que la calidad de esas ideas se vaya degradando paulatinamente, hasta reducirse a la nada (o, como diría Pío Moa, a "la economía lo es todo").

Lo que es grave, dado que la desideologización conservadora no ha tenido otro efecto que el de favorecer que la sociedad española se vaya desplazando de manera gradual hacia planteamientos ideológicos cada vez más parecidos a los del único sector que lucha activamente por expandir sus ideas y concepciones (y es que, en este mundo, la iniciativa casi nunca la tienen las mayorías, que suelen apáticas y acomodaticias por ignorancia y falta de capacidad para ir más allá de la mera supervivencia en el día a día -hechos que solo parcialmente son imputables a culpa alguna por su parte-). Es un hecho que, al margen de los resultados electorales de los últimos años, el BOL(UDO)chevismo pseudoespañol -al que llamo pseudoespañol porquese la trae floja que España se disgregue a causa de la acción erosiva que sobre ella ejercen los secesionismos vasco y catalán- ha conseguido lo que quería. Poco a poco, una fracción cada vez mayor de la sociedad española se ve crecientemente seducida por sus nefastos puntos de vista. Al final va a ser que la presidencia de Zapatero no fue más que un aviso.

Y el que dude de la veracidad de mi último aserto que examine los resultados electorales. Dejando de lado a los separatismos, tenemos tres partidos BOL(UDO)cheviques (IU, PODEMOS y Equo), tres social-tontócratas o social-tontocratizantes (PSOE, UPyD y C's) y una nada absoluta que recibe habitualmente el nombre de PP (y que parece más proclive a social-tontocratizarse que a otra cosa). Además, de los partidos citados, todos son anticlericales (aunque C's quizá lo sea menos que los demás), con la excepción de un PP que, pese a no haber sido tradicionalmente anticlerical, cada vez va teniendo más gestos feos hacia la Iglesia y hacia muchos de sus mejores y más dignos representantes, y propugna con cada vez más desenfado políticas propias del mundo apóstata en el que vivimos (actitud que seguramente no hará sino empeorar con el tiempo, hasta que finalmente se convierta en un partido tan pagano y anticlerical como pueda serlo hoy PODEMOS). El único partido claramente contrario al consenso apóstata social-tontócrata que ha obtenido un número de votos reseñable ha sido VOX. Y aún así Equo ha quedado por delante y con eurodiputado allí donde VOX se mantiene extraparlamentario.

Por todo ello, mi conclusión personal es la de que VOX tiene que mojarse. El gran defecto de VOX que me llevó a decantarme por una opción marginal como ha demostrado ser Impulso Social en estas elecciones fue el miedo al engaño. Y no un miedo arbitrario ni irracional. Sino un miedo fundado en razones de no poco peso. Supuestamente, VOX nació porque un sector social importante que tradicionalmente había votado al PP estaba ya harto de que se lo engañase una vez sí y otra también. No se podía seguir aceptando que se vendiera al PP como el único partido al que podía recurrir la gente adscrita a valores genuinamente cristianos y/o antiestatistas, con la excusa del mal menor (que es lo que, desgraciadamente, ha hecho y sigue haciendo nuestra Conferencia Episcopal). Así que se creo un nuevo partido, que, para atraer al ala dura del PP, se mostró contundente en ciertas cuestiones importantes (especialmente las relativas a la lucha contra el terrorismo y a la organización territorial de España) desde el primer instante. Y es comprensible que a muchos eso les pareciese suficiente. Pero ese no podía ser mi caso ni el de muchos otros.

Porque VOX olvidó que buena parte de la facción que pretendía seducir era acendradamente católica. Y que más de uno y más de dos votantes católicos no podían conformarse con palabras bonitas en relación a la cuestión de la oposición al aborto (aunque solo sea porque ya el propio PP pronuncia palabras bastante bonitas en relación a esa cuestión). Pues la ausencia de un mensaje rotundo e inconfundible a favor de la protección alternativa de la vida (en el que se detallasen los medios a los que se pensaba recurrir para defenderla llegado el caso) era fácil que se interpretase como posible ambigüedad calculada sin otro objeto que el de engañar a los que ya habían sido engañados en el pasado.

Trance por el que muchos no hemos estado dispuestos a volver a pasar, razón por la cual hemos decidido no apoyar a VOX hasta que no adopte de manera inequívoca una postura clara sobre lo que defiende en relación con la vida (ojo al dato, yo me conformo con una postura clara y que conduzca a la reducción sustancial, si no a la eliminación, del aborto). Pues a VOX no le exigimos solo que no engañe (quizá no lo esté haciendo y después de su congreso fundacional empiece a defender los principios innegociables con tanta sinceridad como lo hacen los partidos de Impulso Social), sino también que se esfuerce todo lo que le sea posible para que no parezca posible ni siquiera por un instante que nos pudiera estar tomando el pelo.

Ahora queda un año y medio hasta las elecciones generales. Y menos de un año para las municipales. En ese tiempo, VOX aún puede terminar de perfilar un mensaje más del gusto de su potencial electorado, de buscar un liderazgo más estimulante y de no hacerle ascos a las alianzas con pequeñas formaciones -como AES o PFyV- cuyos escasos votos pueden ser una valiosa ayuda a un partido principiante. Sobre todo, creo que el partido podría y debería cristianizarse. Yo tengo claro que vale la pena apostar por hacer política inspirado en el Evangelio, y que para que eso sea posible es necesario romper todas las asociaciones preexistentes con muchos paganos que, si bien en relación a muchos asuntos importantes de actualidad pueden creer exactamente lo mismo que muchos cristianos, es mejor que incluso en esos casos busquen la consecución de sus objetivos por caminos separados de los de los creyentes de Jesús. Aunque solo sea porque tan importante como los fines es el camino mental a través del cual se llega a creer en la necesidad de alcanzar los citados objetivos. IHS

No hay comentarios:

Publicar un comentario