lunes, 20 de mayo de 2013

PANORAMA POLÍTICO ESPAÑOL (I). INTRODUCCIÓN

A TODO EL QUE LE GUSTE LO QUE LEYERE, QUE LO DIVULGARA A TRAVÉS DE CUALQUIER MEDIO DISPONIBLE YO LE PIDIERE. ¡DIFUSIÓN ES PODER!

Me parece ya muy lejano el momento en que escribí aquel primer artículo del blog (aparte de la presentación) en el que compartía con los lectores las esperanzas que me inspiraba el proyecto político que allá por esas fechas lanzaba Mario Conde: Sociedad Civil y Democracia (SCD). Aquello fue hacia el final de agosto de 2012.

Ya es mayo del año 2013. España sigue en manos de la casta política de siempre, anegada en el océano de corrupción rampante de los viejos oligarcas entronizados a raíz de la instauración de la Constitución que nos legó ese nefasto periodo de nuestra Historia que fue la Transición al juancarlismo. El Gobierno de Mariano Rajoy parece más exhausto que otro que hubiese durado tres veces más. No obstante, sigue aferrándose al cargo, luego no se ve que a quienes lo componen les haya sido de provecho esa lección que nos ha dado a todos Benedicto XVI al renunciar al ministerio petrino -en el que le ha sucedido el ya nuevo Papa Francisco- por falta de fuerzas. Sin duda alguna, las razones por las que nuestro actual Gobierno camina en el filo de la navaja son múltiples, y de muy distinto cariz unas y otras. Seguramente la más importante de todas es la que explica la misma exaltación al poder del PP. Ganaron por agotamiento del contrario, sin demostrar en ningún momento ser capaces de generar particular esperanza más que a los cuatro palurdos acérrimos que les seguirían votando aunque ordenasen el asesinato de toda su parentela (o precisamente por eso, que no hay que menospreciar el poder del masoquismo). El Congreso de los Diputados les dio su confianza, pero en ningún momento se han hecho acreedores de la confianza de la Nación, que no votó a Rajoy ni al PP, sino contra ZetaParo y contra el PSOE.

Eso ya debería bastar para entender porqué un Gobierno tan jóven -y cuya legitimidad, desde el punto de vista del propio sistema que aceptamos mansa e irreflexivamente el 6 de diciembre de 1978, es del todo indiscutible- parece morirse de esclerosis múltiple. Pero lo cierto es que Rajoy, digno sucesor de ZetaParo e indigno gobernante de una España en la que estoy seguro de que cree menos de lo que los españoles creen en él (y eso ya es decir), parece decidido a limpiar el recuerdo de su antecesor -a quien debe de apreciar más de lo que sugerían sus careos parlamentarios- batiendo todas sus marcas de desfachatez..., en la medida en que le deje una Alemania que quiere que le devuelvan su dinero y a la que le da igual qué excusas se pongan ahora por delante para no hacerlo al ritmo que ella quiere. De modo que el PP aparece en los últimos tiempos acorralado por todos lados. Ahí tenemos a Bárcenas, que con el asunto este de Gürtel y de la doble contabilidad pepera tiene agarrado en un puño a todo su antiguo partido; o a Mato, con su marido enfangado hasta el cuello en la trama antedicha. Las mentiras de Mariano Rajoy en prensa, diciendo que no sube los impuestos para luego subirlos el fin de semana. Los desencuentros entre De Guindos y Montoro (que parece que hubiera desposeído al anterior de su cartera). Las palabras despectivas de Alfonso Alonso hacia la Iglesia, demostrando lo poco que le importa el que los católicos practicantes o mínimamente firmes en su fe hayan sido hasta ahora votantes del PP. El espectáculo lamentable de Asturias, donde el PP desde 2010 en adelante ha tirado a la basura una Autonomía prácticamente segura. La cobardía demostrada por el Gobierno ante el desafío secesionista de Artur Mas en Cataluña. Las reiteradas e imbéciles declaraciones del peor ministro de este Gobierno, que es seguramente Margalló, reclamando constantemente la disolución de la nación española en el seno de una UE dentro de la que parecemos estar condenados a ser no más que una provincia periférica de segundo o tercer orden subordinada a los intereses de Berlín. En fin, no sigo haciendo la relación de los desastres provocados en este año y medio por el PP porque si no no terminaría nunca.

Sin embargo, el PP no es el único que en estos momentos está enfangado en el más deleznable lodazal de corruptela y falta de rumbo. Los EREs, el caso Faisán y los problemas con el PSC por su inestable postura en relación con la autodeterminación catalana tienen acorralado al PSOE. El primero de los casos citados IU. La familia de los Pujol, patrones del secesionismo en Cataluña, ha quedado a la altura de los Corleone (aunque sin el estilo que transmiten éstos en la célebre trilogía de Coppola). Los sondeos de opinión marcan un acusado retroceso de los dos grandes partidos, pero PP y PSOE siguen sumando más de la mitad del electorado..., peor aun, siguen ganando elección tras elección. Ahí está la mayoría absoluta reciente del pepero Feijóo en Galicia para demostrarlo, la resistencia del PSOE en su feudo andaluz, y la renovación -pese al relativo descalabro electoral- del mandato de Artur Mas en Cataluña (en donde CiU ha doblado en diputados a la segunda fuerza más votada).

Por si esto fuera poco, las formaciones que en los sondeos de opinión se benefician del descenso en la intención de voto para PP y PSOE no son precisamente las que yo diría que encarnan la renovación del sistema, sino más bien su perpetuación. Mismo perro con distintos collares. Rotos el azul y el rojo, lo sustituímos por el magenta de UPyD, o por el collar lleno de pulgas socialistas que es IU. Todo sea dicho, creo que el ascenso de UPyD no dejaría de implicar una mejora, en tanto que, pese a ser en sus políticas sociales (no tanto en las económicas) del tenor del peor PSOE, es un partido comprometido con la unidad nacional (terreno en el que, no obstante, peca de menosprecio hacia toda la pasada Historia de España y de adscripción al concepto francés de nación como mero contrato entre ciudadanos), con la lucha contra el terrorismo, y con el apoyo al exilio democrático cubano y la firmeza frente al totalitarismo castrista. En definitiva, que nunca recomendaría el voto a UPyD, pero que reconozco que me alegra que crezca a costa del PPSOE.

Resumiendo, que no crecen verdaderas alternativas que fomenten una auténtica enmienda a la totalidad de esta putrefacta ciénaga partitocrática en que se ha convertido España. Lo que es muy triste, porque la cosecha sigue siendo desoladoramente magra, pese a que difícilmente ha estado nunca la tierra tan abundantemente abonada como lo está ahora, razón por la que el que escribe entiende que podría esperarse otra cosa muy diferente y mucho mejor.

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